El Senado de Estados Unidos aprobó este jueves una ley bipartidista respaldada por el presidente Joe Biden que eleva el techo de la deuda pública a 31.4 billones de dólares, evitando lo que habría sido una histórica primera cesación de pagos.
El Senado votó 63-36 para aprobar el proyecto de ley que fue aprobado el miércoles por la Cámara de Representantes, mientras los legisladores corrían contra el reloj tras meses de disputas partidistas entre demócratas y republicanos.
El Departamento del Tesoro había advertido que no podría pagar todas sus facturas el 5 de junio si el Congreso no actuaba para entonces.
El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer,mientras dirigía la legislación en su cámara de 100 miembros, afirmó:
Estados Unidos puede respirar tranquila porque con este proceso estamos evitando la suspensión de pagos
Con estas palabras, Schumer anunciaba un acuerdo con un grupo de senadores republicanos díscolos que poco antes habían amenazado con alargar el proceso si los demócratas no se comprometían a asegurar que el presupuesto para defensa podrá aumentarse más de lo que contempla el propio acuerdo.
Tras su discurso, comenzó un largo proceso de propuesta de enmiendas que, con todo, no consiguió impedir que el proyecto fuera ratificado tal cual lo aprobó en la víspera la Cámara de Representantes.
La medida suspende el techo de deuda para los próximos dos años, hasta después de las elecciones presidenciales de noviembre de 2024. En concreto, suspende el actual límite de deuda de 31.4 billones de dólares hasta el 1 de enero de 2025.
A cambio, el acuerdo alcanzado durante el fin de semana entre la Casa Blanca y los republicanos de la Cámara Baja contempla, entre otros, topes al gasto en programas financiados por el Congreso en ámbitos como la sanidad, la educación, la justicia o la protección medioambiental.
En virtud de ese pacto, el gasto que no sea de defensa permanecerá igual en el año fiscal 2024 y aumentará el 1% en el año fiscal 2025.
Asimismo, endurece los requisitos de trabajo para acceder a prestaciones sociales, como los cupones de alimentos, y rescinde 28 mil millones de dólares no gastados que habían sido asignados a programas de ayuda frente a la pandemia.
En paralelo, recorta parte de los nuevos fondos destinados a la Hacienda pública para reasignarlos a partidas que no sean de defensa y contempla la reanudación de los pagos por parte de los estudiantes universitarios de la deuda que tengan acumulada.
Con información de medios internacionales
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