Unos 50 inmigrantes, entre ellos padres con sus pequeños, acudieron este miércoles 7 de abril, hasta la residencia de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, para pedir que interceda por los derechos de los indocumentados y de quienes aspiran a migrar hacia este país.
Al grito de “Kamala, escucha, estamos en la lucha”, los manifestantes clamaron por el fin de las deportaciones y la detención de los inmigrantes menores de edad, así como por una vía que garantice un estatus legal o la nacionalidad a millones de indocumentados y a los trabajadores considerados esenciales.
Gasca, de 28 años, llegó a EE.UU. con solo 11 para reunirse con su padre, pero descubrió que fue deportado a su natal México.
Acompañada por sus dos hijas nacidas en EE.UU., no pudo contener las lágrimas cuando recordó que no ve a su padre desde hace 15 años. Además, se conmovió ante la posibilidad de que ella misma pueda ser expulsada del país.
Por eso, pidió a Biden una reforma migratoria y que permita que los niños migrantes detenidos puedan reunirse con sus familias.
Otro de los asistentes a la manifestación era Nelson Vega, un nicaragüense de 33 años y que hace un mes logró entrar a Estados Unidos después de esperar durante un año y medio en México.
Vega tuvo que quedarse en México debido al programa Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, en inglés), instaurado por la Administración de Donald Trump (2017-2021) y que obligó a los solicitantes de asilo a esperar en México mientras su petición de acogida se tramitaba en EE.UU.
Este inmigrante acudió a la manifestación para pedir que se permita aguardar en EE.UU. a todos los que se vieron afectados por el programa MPP, que el Gobierno de Biden empezó a desmontar desde su primer día en la Casa Blanca.
Con información de medios internacionales
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