El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo estar devastado tras el ataque cerca del Capitolio que dejó un agente muerto y otro herido este viernes 2 de abril.
El gobernante, quien se trasladó a Camp David (el tradicional retiro oficial de los mandatarios en las montañas de Maryland) para pasar el fin de semana, envió su pésame a la familia del agente fallecido y “a todos los que lloran su pérdida”.
“Sabemos lo difícil que ha sido este momento para el Capitolio, para todos los que trabajan allí y para los que lo protegen”, agregó Biden, cuya ceremonia de posesión, el pasado de 20 de enero, transcurrió bajo un estricto operativo de seguridad después de que el día 6 de ese mes, grupos afines al expresidente, Donald Trump, asaltaran el Capitolio.
Sobre lo ocurrido este viernes, Biden aseguró que recibe “informes continuos” y expresó su gratitud a la Policía del Capitolio, a la Fuerza de Respuesta Inmediata de la Guardia Nacional y a los otros que respondieron rápidamente a los hechos.
Según explicó la policía, un sujeto embistió su vehículo contra una barrera de seguridad junto al Capitolio, salió del vehículo con un cuchillo en la mano y corrió a atacar a los dos agentes.
Yogananda Pittman, jefa interina de la Policía del Capitolio, anunció la muerte de Evans, quien integró esa fuerza durante 18 años, y explicó que el atacante (que fue más tarde identificado por medios locales como Noah Green, de 25 años) fue disparado por los agentes tras salir del vehículo y esgrimir un cuchillo de manera “agresiva” contra ellos.
El atacante murió poco después en un hospital de Washington.
Las autoridades afirmaron que la amenaza de seguridad ya concluyó y que el suceso “parece” no tener relación con un acto terrorista.
Con información de medios internacionales
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