Un niño a punto de lanzarse desde una plataforma por una tirolesa, fue objeto de una cruel broma de su instructor, quien decidió atemorizarlo diciendo que podría caerse al vacío, porque “un montón” de pequeños “caen a lo largo de los años”.
El instructor le dice a su víctima, con toda seriedad y mientras graba sus reacciones, que el casco que tiene puesto es de “plástico malo” y que la cuerda podría romperse. También le aconseja que, en ese caso, “cierre la boca y los ojos” e intente caer en uno de los neumáticos que yacen en el suelo.
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