Un juez vinculó a proceso a Emilio Lozoya,exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), por el caso de Odebrecht.
La comparecencia ante el juez del exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex), Emilio Lozoya, por los sobornos de la trama Odebrecht evidenció este miércoles el pacto de colaboración alcanzado con la Fiscalía General de la República (FGR) por el que recibirá un trato amable y posiblemente esquivará la prisión.
En la misma línea que en la audiencia del día anterior por la compraventa irregular de una planta de fertilizantes, Lozoya defendió su inocencia y expresó su “compromiso de colaborar con las autoridades”.
Emilio Lozoya se convirtió en el primer mexicano en declarar por el caso Oderecht y fue imputado por los delitos de uso de recursos de procedencia ilícita, asociación delictuosa y cohecho.
A pesar de haberse fugado el año pasado, el juez solo le impuso la prohibición de salir del país y la vigilancia con un brazalete electrónico una vez salga del hospital en el que fue ingresado con anemia tras su extradición de España y desde donde declaró este miércoles a través de videollamada.
Son las mismas medidas cautelares que le impuso el martes el juez de control, José Artemio Zúñiga, por la compra irregular de una planta de fertilizantes en 2013 a cambio de un soborno de la empresa Altos Hornos de México.
El hecho de que la FGR no haya pedido en ninguno de los dos casos la prisión preventiva para Lozoya, quien el año pasado huyó del país, evidencia el pacto de colaboración alcanzado entre las dos partes.
Lozoya fue capturado en febrero en España y aceptó ser extraditado a México el 17 de julio tras acordar con la Fiscalía una reducción de su pena a cambio de revelar la identidad de otros implicados en tramas de corrupción en el Gobierno de Peña Nieto (2012-2018).
En la audiencia de este miércoles, la Fiscalía acusó al exfuncionario por haber recibido 10.5 millones de dólares de la trama de sobornos que la constructora brasileña Odebrecht tejió en América Latina a cambio de obras públicas.
De acuerdo con este relato, recibió cuatro millones de dólares en 2012, cuando Lozoya era coordinador de campaña de Peña Nieto, y prometió al entonces director de Odebrecht en México, Luis Alberto de Meneses, un cargo en el futuro gobierno.
El resto de sobornos los recibió ya como director de Pemex a cambio de obras públicas en los estados de Hidalgo, Tamaulipas y Veracruz.
Para esconder su identidad en la trama se asoció con su madre, su esposa y hermana. Lozoya negó estas acusaciones, dijo haber sido “intimidado, presionado, influenciado e instrumentalizado” y reiteró su “compromiso de colaborar con las autoridades del Estado mexicano”.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, definió a Lozoya como “un testigo colaborador” y apoyó que reciba “ciertas consideraciones” a cambio de “conocer más” sobre la corrupción en la anterior administración.
El proceso ha levantado suspicacias en México porque Lozoya no ha pisado la cárcel en ningún momento, ya que fue trasladado a un hospital privado al llegar al país por una presunta anemia y una complicación en el esófago.
Además, no han trascendido fotografías de Lozoya, las audiencias han sido a puerta cerrada por la pandemia de COVID-19 y la única información que se tiene son transcripciones difundidas por el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) a través de un grupo de WhatsApp para periodistas.
Con información de medios nacionales
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