Suspensión de clases en universidades, bancos sin dinero en efectivo. Las dificultades en el interior de Venezuela crecen por la escasez de gasolina, lo que obliga a los usuarios a pasar noches en colas.
Ante la imposibilidad de que sus estudiantes, profesores y demás personal se movilicen, la pública Universidad Experimental del Táchira, en la ciudad de San Cristóbal, canceló actividades este lunes “hasta nuevo aviso”, según un comunicado.
A ese centro se sumó la privada Universidad Católica del estado Táchira (frontera oeste con Colombia) y prevén hacerlo otras instituciones de educación superior, dijo este lunes Franklin Duarte, diputado opositor por esa región.
“El desabastecimiento alcanzó un nivel que nunca habíamos vivido. Algunas personas pasan una y hasta dos semanas en cola”, aseguró el legislador.
Táchira sufre una escasez crónica de gasolina, pero el problema se acentuó en los últimos días al igual que en otros estados como Bolívar (sur), Zulia y Lara (noroeste) por una caída en la refinación y la falta de divisas para importar el faltante.
“Esto es una vergüenza nacional, que un hombre como yo de setenta y pico de años tenga que estar aquí por un poquito de gasolina”, señaló Luis lvarez, tras casi 20 horas en una fila de varios kilómetros en Ciudad Bolívar, capital provincial.
Para organizar el suministro, las autoridades entregan fichas a los conductores con su respectivo turno o numeran los vehículos con pintura en el parabrisas.
Emerson Millán llegó a las tres de la madrugada y le correspondió el 130, a 105 puestos de Luis. “Las colas han corrido bien”, afirma resignado este taxista.
Algunos dejan abandonados sus carros durante la noche, arriesgándose a no encontrarlos al día siguiente por la delincuencia, cuentan los consumidores.
En Bolívar, la escasez de gasolina también ha provocado que los carros de transporte de valores no puedan suministrar efectivo a los bancos, agotándose su ya poca disponibilidad por las mega devaluaciones y una inflación que -según el FMI- cerrará 2019 en 10.000.000%, indicaron empleados del sector.
En Táchira ese problema no existe, pues “la moneda que se mueve no es el bolívar sino el peso colombiano”, indica el diputado Duarte, quien sin embargo advierte que el impacto se empieza a sentir en la oferta de alimentos.
La falta de gasolina en la zona se combina con una delicada situación de orden público por una amenaza de presuntos guerrilleros colombianos del ELN contra transportistas y comerciantes del municipio de Ureña, tras la captura de ocho de sus integrantes el pasado fin de semana, denunció el parlamentario.
“La alcaldía, las escuelas y liceos no abrieron por el miedo a esos grupos. No hay día que no haya asesinatos por parte de estos grupos irregulares”, añadió.
En Caracas, menos golpeada por la escasez, también se registran colas en las estaciones, en muchos casos motivadas por el nerviosismo.
Con información de medios internacionales
Deja un comentario