“Los parisinos van a pasar hambre”.
Este lunes, miles de agricultores franceses se movilizaron hacia la capital con sus tractores como parte de una protesta masiva que se está llevando a cabo en diversos puntos de Europa. Tanto los granjeros franceses como sus colegas en gran parte de la Unión Europea (UE) están demandando medidas por parte de las autoridades para hacer frente a la inflación y a los impactos de la guerra en Ucrania. Además, solicitan la revisión de algunas políticas medioambientales implementadas en los últimos años.
En respuesta a la protesta, se cerraron tramos de ocho autopistas en Francia, generando una crisis para el nuevo primer ministro, Gabriel Attal. Este último se desplazó hasta una granja en el suroeste del país con el objetivo de presentar una serie de medidas en un intento por mitigar la frustración de los agricultores.
Tensión en aumento
El impacto de la guerra
Los países que faltan
Hasta el momento, el sur de Europa ha evitado en gran medida las protestas más intensas, pero esta situación podría cambiar pronto. Christiane Lambert, presidenta del Comité de Organizaciones Profesionales Agrícolas (COPA), el principal sindicato de agricultores de Europa, ha anticipado que los agricultores en Italia y España iniciarán sus propias movilizaciones en un futuro cercano, en rechazo a las medidas destinadas a combatir el cambio climático. Los gobiernos español y portugués consideran imponer restricciones al uso del agua en algunas regiones debido a la intensa sequía.
Recientemente, en Sicilia, los agricultores bloquearon carreteras para protestar contra el gobierno regional, al cual acusan de no compensarlos adecuadamente por los impactos de la intensa ola de calor y sequía del verano pasado. Giuseppe Gulli, un agricultor, expresó su descontento, señalando que la sequía redujo a la mitad sus cosechas y culpó a la Unión Europea de favorecer a las “grandes corporaciones”.
Con las elecciones europeas cerca, los partidos euroescépticos encuentran audiencia para sus mensajes. Jordan Bardella de la Agrupación Nacional de Francia y el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) han mostrado apoyo a los agricultores. Sin embargo, algunos agricultores rechazan la asociación con extremistas y afirman ser los “primeros europeos” ya que comprenden la importancia de Europa para su sector.
En Alemania, las propuestas para poner fin a las exenciones fiscales sobre el diésel agrícola han generado revuelo, y aunque se ha anunciado un cambio gradual, los agricultores buscan eliminar completamente los recortes de subsidios. El primer ministro polaco, Donald Tusk, ha prometido negociar con representantes ucranianos para regular el tránsito y la exportación de productos a principios de marzo.
Ante la creciente división y polarización, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado un “diálogo estratégico” entre los grupos agrícolas y los responsables de la toma de decisiones de la UE. Sin embargo, para muchos agricultores europeos que se sienten olvidados o traicionados, este enfoque introspectivo y vago es insuficiente.
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