Fecha de hoy22 noviembre, 2024

Más de 3,400 personas y cientos están atrapadas en escombros tras sismo de 7.8 en Turquía y Siria

Un terremoto de magnitud 7.8 azotó el sureste de Turquía  y Siria a primeras horas de este lunes, derribó cientos de edificios y mató a más de 3 mil 400 personas.

El gobierno sirio ha reportado 656 muertos hasta el momento, mientras que las organizaciones en las zonas controladas por la oposición han contabilizado al menos 450 decesos.

El presidente Recep Tayyip Erdogan declarósiete días de luto nacional, luego del letal sismo. Las banderas turcas ondearán a media asta en todo el país y en sus misiones diplomáticas en el extranjero.

Se cree que aún quedan cientos de personas bajo los escombros, y la cifra de víctimas seguirá subiendo conforme los rescatistas buscaban entre los restos en ciudades y pueblos.

A ambos lados de la frontera, los temblores despertaron a la gente de golpe varias horas antes del amanecer y la hicieron salir a la calle en una noche fría de viento, lluvia y nieve. Docenas de edificios se derrumbaron en ciudades de toda la región fronteriza.

Un hospital se derrumbó en Turquía y los pacientes, incluidos recién nacidos, fueron evacuados de un puñado de centros en Siria.

En la ciudad turca de Adana, un testigo contó que tres edificios cerca de su casa se habían venido abajo. Una persona exclamó “no tengo fuerzas para aguantar” entre los escombros mientras los rescatistas trataban de localizarla, indicó el estudiante de periodismo Muhammet Fatih Yavus.

“Mi nieto tiene un año y medio. Por favor, ayúdenlos. No podemos escucharlos ni recibir noticias de ellos desde la mañana. Estaban en el piso 12″, lloró Imran Bahur junto a su edificio de apartamentos destruido en la ciudad. Su hija y su familia aún no fueron encontradas.

“Como los esfuerzos de retirada de escombros continúan en muchos edificios en la zona del terremoto, no sabemos cuánto subirá el número de muertos y heridos”, dijo el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.

“Esperamos dejar atrás estos días desastrosos con unidad y solidaridad como país y nación”, agregó.

El epicentro del sismo se situó al norte de Gaziantep, una capital provincial turca, pero se sintió hasta en El Cairo. Hizo que los vecinos de Damasco huyeran a las calles y propinó un brusco despertar a la gente en Beirut.

El sismo golpeó una región marcada a ambos lados de la frontera por más de una década de guerra civil en Siria. Del lado sirio, esa zona está dividida entre territorio controlado por el Gobierno y el último enclave en manos de la oposición, que está rodeado por fuerzas sirias con apoyo Rusia. Turquía, por su parte,acoge a millones de refugiados de ese conflicto.

Unos 4 millones de sirios de otras zonas del país desplazados por los combates abarrotan las regiones controladas por la oposición. Muchos viven en edificios ya debilitados por bombardeos pasados. Cientos de familias quedaron atrapadas entre los escombros, según un comunicado de la organización opositora de emergencia Cascos Blancos.

Los maltrechos centros médicos y hospitales se llenaron de heridos con rapidez, según rescatistas. Otros, como un hospital de maternidad, tuvieron que ser evacuados, según la organización médica SAMS.

“Se teme que haya cientos de muertos”, dijo Qaddor, refiriéndose a la región noroccidental del país. “Estamos bajo presión extrema”.

Turquía se ubica en una zona de grandes fallas sísmicas y registra terremotos frecuentes. Unas 18 mil personas murieron en 1999 en una serie de terremotos en el noroeste del país.

El Servicio Geológico de Estados Unidos estimó la magnitud del temblor en 7.8. Se registraron al menos 20 réplicas ,la más fuerte tuvo una magnitud de 7.5, según las autoridades turcas.

El sismo destruyó edificios desde las ciudades sirias de Alepo y Hama a la turca Diyarbakir, a más de 330 kilómetros de distancia al noreste. Casi 900 edificios se desplomaron en las provincias turcas de Gaziantep y Kahramanmaras, indicó el vicepresidente, Fuat Oktay. Un hospital se derrumbó en la ciudad costera mediterránea de Alejandreta, pero en un primer momento se desconocía el número de víctimas, señaló.

Las televisoras turcas mostraban la pantalla dividida en cuatro o cinco para ofrecer cobertura en vivo de las labores de rescate en las provincias más afectadas. En la ciudad de Kahramanmaras, los rescatistas sacaron a dos niños con vida de entre los escombros, mientras otros intentaba llegar a un familiar.

Docenas de países, así como la Unión Europea y la OTAN, ofrecieron ayuda, ya fuera en forma de material médico, equipos de rescate o dinero.

Los daños evidentes en las imágenes de zonas afectadas suelen asociarse a una gran pérdida de vidas, y el frío y las dificultades de trabajar en zonas afectadas por una guerra civil solo complican los esfuerzos de rescate, advirtió el doctor Steven Godby, experto en catástrofes naturales en la Universidad de Nottingham Trent.

En Turquía, la gente que intentaba salir de las regiones afectadas provocó atascos de tráfico que complicaban los esfuerzos de los equipos de emergencias por llegar a los lugares golpeados. Las autoridades instaron a los vecinos a no tomar las carreteras. Mezquitas de toda la región abrieron como refugio para la gente que no puede regresar a sus casas en temperaturas que rondan la congelación.

El temblor causó graves daños en el monumento más conocido de Gaziantep, un castillo histórico sobre la colina en el centro de la ciudad. Parte de los muros y las torres vigía de la fortaleza quedaron destruidos y otras partes muy dañadas, según imágenes de la ciudad.

En Diyarbakir, cientos de rescatistas y civiles formaron filas sobre una montaña de escombros y pasaban pedazos de concreto, enseres y otros restos mientras buscaban a sobrevivientes atrapados y las topadoras buscaban entre los escombros más abajo.

En el noroeste de Siria, el temblor agravó la dificultades para el enclave opositor que tiene su centro en la provincia de Idlib, que lleva años bajo asedio y sufre ataques aéreos frecuentes de Rusia y el Gobierno sirio. El territorio depende del flujo de ayuda de la cercana Turquía para cualquier cosa, desde comida a suministros médicos.

El grupo opositor Defensa Civil Siria dijo que la situación en la región controlada por los rebeldes era “desastrosa”, pues había edificios enteros desplomados y personas atrapadas entre los escombros.

Osama Abdelhamid, que recibía atención para sus heridas en un hospital de Idlib, contó que mayoría de sus vecinos había muerto. El edificio de cuatro plantas que compartían se había derrumbado justo cuando él, su esposa y sus tres hijos corrían hacia la salida. Una puerta de madera cayó sobre ellos y sirvió de escudo, relató.

Con información de medios internacionales

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