De acuerdo con las autoridades locales, más de un millón de personas se congregaron en la misa del Papa Francisco en la explanada del aeropuerto deNdolo, en Kinsasa, República Democrática del Congo, en uno de los actos más multitudinarios en su pontificado.
Los fieles recibieron al Papa con un enorme entusiasmo, en la explanada de Kinsasa donde incluso una gran parte de ellos pasaron la noche para poder asistir a la ceremonia religiosa.
El gobierno de la República Democrática del Congo, con la mitad de la población católica,proclamó un día festivo por la visita del Pontífice, para que la población tuviera la oportunidad de asistir a la misa.
Durante su recorrido en el papamóvil, el Pontífice dedicó más de 40 minutos a saludar a los fieles, quienes disfrutaron de música y realizaron bailes.
La celebración se realiza en el llamado rito congoleño, adaptación del rito romano para la diócesis de la República Democrática del Congo, que fue aprobada en 1988 por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, cuando la nación se llamaba Zaire.
Este rito es el único basado en la inculturación, aprobado después del Concilio Vaticano II, con la finalidad de unir la liturgia romana a la cultura africana pues los obispos percibieron que los fieles no se sentían demasiado involucrados en las misas.
Se caracteriza por cantos y bailes también del sacerdote en la ceremonia y el llamado a la protección de los seres fallecidos.
Francisco comenzó su homilía expresando su alegría por estar en el Congo.
He anhelado mucho este momento, ¡gracias por estar aquí!
El Pontífice pidió también ser misioneros de paz.
Hermanos, hermanas, estamos llamados a ser misioneros de paz, y esto nos dará paz. Es una decisión; es hacer sitio en nuestros corazones para todos, es creer que las diferencias étnicas, regionales, sociales y religiosas vienen después y no son obstáculos
Además, el Papa argentino invitó a los cristianos “a romper el ciclo de la violencia, a desmantelar las tramas del odio”.
Con información de EFE.
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