El papa Francisco viajó a las inmediaciones del Ártico para ofrecer una disculpa ante el pueblo inuit por la “maldad” de los internados de Canadá, y concluyó su “peregrinación penitencial” por el país con una visita extraordinaria al territorio remoto de Nunavut a fin de reunirse con víctimas sobrevivientes.
Francisco aterrizó en Iqaluit, de 7 mil 500 habitantes, y se reunió con exalumnos en una escuela primaria para escuchar de primera mano sus experiencias de haber sido separados de sus familias y obligados a asistir a internados financiados por el gobierno y administrados por la Iglesia.
Esa política, en vigor desde finales del siglo XIX hasta la década de 1970, tenía el propósito de separar a los niños de sus culturas indígenas e integrarlos de manera forzada a la sociedad canadiense, de religión cristiana.
“¡Cuánto mal al romper los vínculos entre padres e hijos, al herir los afectos más queridos, al lastimar y escandalizar a los pequeños!”, dijo Francisco durante un encuentro con jóvenes y ancianos inuit afuera de la escuela.
El pontífice agradeció a las víctimas sobrevivientes de los internados por su valor para compartir su sufrimiento, del que se enteró por primera vez hace unos meses cuando delegaciones de las Naciones Originarias, así como metis e inuits, viajaron al Vaticano para solicitarle una disculpa.
“Eso ha reavivado en mí la indignación y la vergüenza que me acompañan desde hace meses”, manifestó.
“Pedir perdón por mal que cometieron católicos”: Papa Francisco
“También hoy, también aquí, quisiera decirles que estoy muy apenado y quiero pedir perdón por el mal que cometieron no pocos católicos que en esas escuelas contribuyeron a políticas de asimilación cultural y desvinculación”.
Antes de su discurso, el pontífice, sentado en una silla cubierta con piel de foca, presenció una actuación de bailarines y cantantes guturales inuit.
Durante su discurso, dijo “lo siento” en inuktitut, la lengua inuit, lo que le generó vítores. Y terminó diciendo “gracias” en inuktitut.
Los actos se prolongaron mucho más de lo previsto; el avión del papa despegó hacia Roma con unos 90 minutos de retraso.
La visita puso fin a una gira diseñada específicamente para dar al pontífice la oportunidad de presentar sus disculpas a generaciones de pueblos originarios por los abusos e injusticias que sufrieron, y garantizarles su compromiso de ayudarlos a reconciliar su relación con la Iglesia Católica.
Tras visitar Edmonton, Alberta y la ciudad de Quebec, Francisco concluyó su peregrinaje en Nunavut, un vasto territorio que se extiende a ambos lados del Círculo Ártico, el punto más septentrional al que ha viajado el pontífice argentino.
Con información de AP
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