El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció, la madrugada del jueves 16 de septiembre de 2021, que el líder del grupo terrorista Estado Islámico en el Gran Sahara, Adnan Abu Walid al Saharaui, fue “neutralizado” por fuerzas militares francesas.
Macron añadió en su tweet que su país “piensa esta noche en todos sus héroes que murieron por Francia en el Sahel en las operaciones de Serval y Barkhane, en las familias desconsoladas, en todos sus heridos. Su sacrificio no es en vano. Con nuestros socios africanos, europeos y estadounidenses, continuaremos esta lucha”.
Barkhane es desde 2014 el marco en el que actúan los 5 mil 100 militares franceses desplegados en esa inmensa región desértica, y sucedió a la operación Serval lanzada en 2013 por el entonces presidente, François Hollande, para impedir que los grupos yihadistas que se habían hecho fuertes en el norte de Mali, consiguieran tomar las riendas del país.
Macron anunció a principios de junio pasado el fin de la operación Barkhane, al considerar que después de tanto tiempo esa presencia francesa “no puede sustituir” a los Estados de la región que “deciden no asumir sus responsabilidades” y no llegan a garantizar ni la seguridad ni los servicios públicos en su territorio.
Medio centenar de soldados franceses han muerto en esa misión, que le cuesta a Francia cerca de mil millones de euros anuales y ha erosionado su imagen en la región.
Al anunciar el pasado 10 de junio la reducción de la fuerza francesa antiyihadista en el Sahel, Macron avanzó que la lucha contra el terrorismo se efectuará con fuerzas especiales estructuradas en torno a las operaciones Takuba y EUTM Mali, con participación gala y el foco puesto en ese tipo de intervenciones antiterroristas.
El dispositivo Barkhane contaba también con siete cazas, 20 helicópteros, entre 5 y 8 aviones estratégicos de transporte, 280 vehículos de combate pesados, otros 220 ligeros y 400 vehículos logísticos, según el Ministerio de Defensa.
Además de luchar contra el terrorismo, la estrategia francesa en la región aspiraba igualmente a que los países del llamado G5 Sahel (Mauritania, Mali, Burkina Faso, Níger y Chad) lograran la capacidad de garantizar su propia seguridad de forma autónoma.
Con información de medios internacionales
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