El gobierno de Chile anunció extiende el cierre de sus fronteras por segundo mes consecutivo, medida que prohíbe el ingreso de extranjeros y la salida de residentes con el fin de evitar contagios de COVID-19 desde el exterior.
Al igual que en abril, los vuelos internacionales estarán cancelados, mientras que el ingreso de extranjeros estará prohibido y sólo se permitirá en casos de extrema emergencia con la autorización de un Consulado de Chile en el exterior y bajo estrictas medidas sanitarias.
En tanto, los chilenos y residentes extranjeros no podrán salir del país salvo en situaciones extraordinarias calificados de carácter humanitario o para tratamientos de salud.
Las fronteras terrestres estarán abiertas para el paso de camiones con carga de bienes esenciales. Para ello, los conductores deberán presentar un PCR negativo desde al menos tres días antes de entrar al país.
La medida se anuncia después de que Chile atravesara lo peor de la segunda ola en abril con más de 9 mil casos diarios por primera vez en toda la pandemia, en contraste con el rápido y exitoso proceso de vacunación que el país lleva adelante.
El ministro Paris indicó, sin embargo, que en la última semana se ha registrado “un leve retroceso” de la pandemia, con una disminución de un 7% de los casos confirmados y una caída del 12% en el número de fallecidos.
En ese marco, este lunes comenzó la vacunación a mujeres embarazadas con comorbilidades, con al menos 16 semanas de gestación, a quienes se les administrará la vacuna de Pfizer/BioNTech.
El gobierno anunció que 10 comunas de la región metropolitana de Santiago en la que viven 7.1 de los 19 millones de habitantes del país, saldrán de la cuarentena en la que se encontraba la capital chilena desde el 27 de marzo.
Tras 14 meses de pandemia, en Chile se registran más de 1.1 millones de contagios y sobre los 25 mil muertos.
Con información de medios internacionales
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