España no se abrirá al turismo extranjero hasta julio, una vez que se pueda garantizar la seguridad tanto para locales como para visitantes, dijo la principal responsable del alivio del confinamiento en el país.
Suspicaces ante la competencia que suponen otros países mediterráneos que ya están reabriendo sus fronteras, hosteleros y autoridades de los archipiélagos y las regiones costeras turísticas, han estado presionando al gobierno central para que alivie las restricciones impuestas para combatir el brote de coronavirus.
Pero la ministra de Medio Ambiente y Energía, Teresa Ribera, dijo que una reapertura temprana a visitantes sería “irresponsable”.
“Nuestra idea es que podamos trabajar sobre orígenes y destinos seguros más bien pensando en el mes de julio que en el de junio”, afirmó Ribera.
Los rebrotes en China, Corea del Sur y Singapur se han asociado a infecciones importadas, agregó.
El turismo supone un 12% de los 1,24 billones de euros (1,4 billones de dólares) del Producto Interno Bruto español. El país ha registrado al menos 27.800 muertes por el virus y confirmó más de 232.000 contagios.
Por otra parte, los españoles incorporaron las mascarillas en sus limitadas actividades cotidianas cumpliendo la orden del gobierno que entró en vigor el jueves.
Todos los ciudadanos mayores de seis años deberán llevar tapabocas en los espacios públicos, incluyendo al aire libre, si no se puede mantener una distancia de 2 metros (6,5 pies).
La nueva normativa, que afecta a alrededor de 45 millones de personas, se aleja de las recomendaciones previas que exigían su uso obligatorio solo a trabajadores sanitarios y personas con síntomas compatibles con COVID-19.
El mes pasado, el gobierno extendió su uso también al transporte público.
Con información de medios internacionales
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