Un fotógrafo ruso de 44 años, Valentín Zhiganov, ha plasmado con su cámara un impresionante fenómeno natural en el norte de su país. Todo empezó cuando Zhiganov hacía fotos de dos jóvenes en un ‘jacuzzi’ al aire libre y en medio de un paisaje nevado en el entorno de Apatity, en la región de Múrmansk.
Fue entonces cuando se proyectaron en sus instantáneas unas especies de pilares de colores.
La combinación de bajas temperaturas y poca humedad crea el ambiente favorables para la formación en suspensión de cristales de hielo en forma de columna en la atmósfera. La luz refractada en ellos desde cualquier fuente, ya sea el sol, la luna o la procedente de la ciudad es la causa del efecto óptico.
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