El pasado 9 de julio de 2024, se recibió un reporte en la Unidad de Control Animal Municipal (UCAM) acerca de un perro agresor, de nombre nube, acompañado de evidencia fotográfica. El reporte fue asignado un número de folio y atendido el 10 de julio por el equipo de control animal.
Al llegar al domicilio indicado, no se encontró a la persona señalada como dueña del canino, por lo que se dejó un citatorio para que se presentara en la UCAM y atendiera el reporte.
La dueña acudió a la unidad el 11 de julio, donde fue atendida por el personal de UCAM, quienes le explicaron el procedimiento a seguir en caso de que una mascota agreda a una persona, así como las posibles infracciones y sanciones por no atender la solicitud de la autoridad.
La propietaria reconoció que el perro se salió del domicilio por un descuido y mordió a una persona en la vía pública. De manera voluntaria, entregó a su mascota para observación médica a partir del 12 de julio de 2024.
“Durante el periodo de observación, la dueña no mantuvo comunicación alguna con la UCAM, a pesar de ser su responsabilidad realizar las gestiones y dar seguimiento al proceso”, indicó Enrique Guerrero, director de protección animal.
La UCAM informó que, de manera continua, asegura perros agresores que frecuentemente no son reclamados por sus dueños, lo que puede constituir una acción de abandono.
Como parte del procedimiento de seguimiento de animales agresores, el departamento médico de la UCAM verifica si existe algún ciudadano que reclame a las mascotas una vez cumplido el tiempo de estancia en las instalaciones. Al no recibir ninguna comunicación de la propietaria durante este tiempo, se determinó proceder con la eutanasia del animal.
Finalmente, el 23 de julio de 2024, doce días después del inicio del procedimiento, el personal de la UCAM recibió una comunicación telefónica de la ciudadana, solicitando su presencia en la unidad para informarle sobre el destino de su mascota.
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