Nuevas investigaciones sugieren que Marte, a pesar de estar a unos 140 millones de kilómetros de distancia de la Tierra, ejerce influencia en los océanos profundos terrestres al contribuir al impulso de “remolinos gigantes”.
Los científicos han analizado sedimentos recogidos en cientos de sitios de aguas profundas durante décadas para estudiar el pasado remoto de la Tierra, intentando comprender mejor la dinámica de las corrientes oceánicas profundas.
Los resultados de este estudio, publicados en la revista Nature Communications, muestran que las corrientes marinas profundas han experimentado ciclos de fortalecimiento y debilitamiento a lo largo de períodos climáticos de 2,4 millones de años.
Según Adriana Dutkiewicz, coautora del estudio y sedimentóloga de la Universidad de Sydney, estos ciclos sorprendieron a los científicos, y la única explicación plausible es que están relacionados con las interacciones entre Marte y la Tierra mientras orbitan alrededor del Sol.
Este fenómeno, conocido como “resonancia”, ocurre cuando dos cuerpos en órbita ejercen una atracción gravitacional entre sí, modificando sus órbitas. Para la Tierra, estas interacciones con Marte resultan en períodos de mayor energía solar y un clima más cálido, correlacionados con corrientes oceánicas más intensas.
Es importante destacar que estos ciclos naturales de 2,4 millones de años no están vinculados al rápido calentamiento global causado por la actividad humana, como la quema de combustibles fósiles.
Los científicos describen estos remolinos como “remolinos gigantes”, capaces de alcanzar las profundidades del océano, erosionar el lecho marino y formar grandes acumulaciones de sedimentos. Estos remolinos se pueden detectar a través de roturas en los núcleos de sedimentos analizados, que revelan su presencia y fuerza.
Si bien las observaciones satelitales han mostrado un aumento en la actividad de estos remolinos en las últimas décadas, aún no está claro cómo evolucionarán en el futuro y qué impacto tendrán en la circulación de los océanos profundos y la vida marina.
A pesar de las incertidumbres, los científicos esperan que estos hallazgos ayuden a mejorar los modelos climáticos futuros y proporcionen una mejor comprensión de los procesos que afectan a los océanos en un mundo en constante cambio.
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