Cerveceras, embotelladoras, condominios, iglesias, escuelas y deportivos tienen concesiones que les permiten garantizar su funcionamiento al margen de la escasez en la red pública.
A pesar de la escasez de agua que sufren millones de ciudadanos, hay personas en la Ciudad de México que cuentan con sus propias fuentes de abastecimiento. Al menos 172 individuos tienen permisos especiales otorgados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que les permiten extraer más de 33 mil millones de litros de agua al año del subsuelo, a través de sus propios pozos. Esto equivale a unos 93 millones de litros al día y no depende del suministro de agua de la red principal de la capital.
El consumo residencial promedio más alto es de 567 litros por habitante al día, según ONU Hábitat. Aunque las concesiones son legales y se han otorgado 21 en este sexenio, expertos advierten sobre la corrupción en el proceso de concesión y que la Conagua no realiza los estudios de disponibilidad del acuífero cada tres años, como está obligada, lo que resulta en una distribución inequitativa.
Según el Registro Público de Derechos de Agua de la Conagua, el 14% de los más de 33 mil millones de litros subterráneos se extrae para uso en condominios, iglesias, escuelas privadas, deportivos, panteones y fundaciones. El resto se destina a industrias como la cervecera y la embotelladora.
En total, hay 42 pozos con categoría de servicios y 177 con categoría industrial en la ciudad. Cervecería Modelo, por ejemplo, cuenta con una concesión desde 1996 para extraer más de 8 mil millones de litros de agua al año con siete pozos.
En cuanto a los servicios, High Park Reforma tiene la concesión más amplia para explotar agua subterránea, con la capacidad de extraer 765 millones de litros al año a través de dos pozos.
Aunque las concesiones son propiedad de la nación, algunos investigadores advierten que tienen un efecto privatizador. Rodrigo Gutiérrez, especialista del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, señala que el sistema de concesiones es muy permisivo, ya que estas se otorgan por 30 años y pueden renovarse por otros 30, lo que implica que se otorga agua a particulares por más de medio siglo.
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