En el año 2024, México experimentará cambios significativos en su calendario electoral, alterando una tradición que se mantenía desde hace más de cien años. En lugar de realizar las elecciones presidenciales en julio, como era la práctica habitual, los mexicanos ahora acudirán a las urnas en el mes de junio. Asimismo, el presidente electo asumirá el cargo en octubre en lugar de diciembre, rompiendo con una costumbre arraigada desde la promulgación de la Constitución de 1857, que establecía el 1 de diciembre como la fecha oficial para la toma de posesión de los nuevos mandatarios.
La mencionada Constitución, redactada por el Congreso Constituyente, establecía originalmente en su artículo 78 que el presidente asumiría sus funciones el 1º de diciembre y ejercería su cargo durante cuatro años, una norma que persistió hasta 1928, cuando una reforma amplió el periodo presidencial a seis años. No obstante, una reforma electoral aprobada el 10 de febrero de 2014 modificó la fecha de toma de posesión al 1 de octubre.
Con este cambio, el sexenio del actual presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se verá reducido en dos meses en comparación con sus predecesores, marcando un quiebre con la tradición que se mantenía desde 1857. La reforma de 2014 también adelanta del 1 de septiembre al 1 de agosto el inicio del primer periodo ordinario de sesiones en los casos de elección presidencial.
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