Fecha de hoy22 noviembre, 2024

Cómo se ve en Guyana el conflicto por el Esequibo (y qué piensan los venezolanos que viven en el pequeño país sudamericano)

“Venezuela reclama dos tercios de Guyana y esa tierra nos pertenece”.

Lincoln Green, un vendedor guyanés de alimentos callejeros en el Stabroek Market, el principal mercado de Georgetown, la capital del pequeño país sudamericano, comparte su perspectiva sobre las tensiones recientes entre Guyana y Venezuela por el Esequibo. Green señala que los guyaneses experimentan malestar y angustia ante esta situación y expresan su deseo de que la paz prevalezca.

Green defiende la postura de que los británicos resolvieron la disputa en 1899, pero reconoce que para Venezuela, la cuestión es más compleja. Venezuela reclama la propiedad del Esequibo basándose en que pertenecía a la Capitanía General de Venezuela del Imperio español, y tras la independencia en 1811, el territorio estuvo bajo su control durante un tiempo.

A partir de 1814, el Reino Unido compró tierras a Países Bajos, formando la Guayana Británica con fronteras indefinidas respecto a Venezuela. El gobierno venezolano denunció la invasión británica, y en 1899, el Laudo Arbitral de París favoreció a Londres, según menciona Green.

Sin embargo, cuatro décadas después, Venezuela alegó una supuesta injusticia durante el proceso judicial y reactivó su reclamo. Tras la independencia de Guyana en 1966 y la firma de un acuerdo ese mismo año, el asunto quedó pendiente.

Lincoln Green, quien ha explorado la región en disputa con su grupo de música cristiana, expresó su felicidad al considerarla parte de Guyana, destacando la belleza del lugar, su rica cultura y la valiosa herencia en recursos naturales, como oro, bauxita y diamantes.

Región rica en recursos

Efectivamente, el Esequibo es una zona abundante en recursos naturales y minerales. Desde el descubrimiento de extensos depósitos de petróleo en sus costas en 2015, Venezuela ha aumentado progresivamente su reclamación sobre este territorio.

Ron, un trabajador de la construcción guyanés residente en Georgetown, niega categóricamente cualquier reclamación sobre el Esequibo, afirmando que desde su infancia siempre han sabido que pertenece a Guyana. Expresa confianza en la victoria ante cualquier intento de Nicolás Maduro.

En diciembre, el presidente de Venezuela convocó un referendo para que los venezolanos opinaran sobre la reclamación del territorio, también conocido como la Guayana Esequiba. Según las autoridades venezolanas, los votantes respaldaron las propuestas del gobierno, que incluyen la creación del estado Guayana Esequiba como parte del territorio venezolano.

Dos días después del referendo, Maduro solicitó la aprobación de una ley para establecer este nuevo estado venezolano y instó a la empresa estatal petrolera PDVSA a comenzar a otorgar licencias de explotación en el Esequibo.

“Debería preguntarnos a nosotros”

Narayan Rampertap, quien pasó toda su infancia y juventud en el Esequibo, admite que durante mucho tiempo desconocía que Venezuela estaba reclamando la tierra donde creció.

“Jamás nos informaron al respecto, y tengo 56 años. Inicialmente pensé que era propaganda, pero ahora me doy cuenta de que es una realidad”, afirma esta mujer, actualmente residente en Georgetown.

Mapa del Esequibo.

“Resulta estresante porque mi hermana y mis sobrinos residen allí, en el Esequibo, y si esa extensa porción de Guyana se considera parte de Venezuela, entonces, ¿qué sucede con la identidad de Guyana? ¿Estaremos incorporados a Venezuela? No estoy a favor de esa posibilidad”.

La residente del Esequibo destaca que Venezuela enfrenta una crisis y opina que Nicolás Maduro debería concentrarse en “velar por su propia población”.

“Antes, muchos guyaneses se dirigían a Venezuela buscando escapar de la pobreza, pero ahora se ven obligados a regresar”, agrega.

“Cree que no debería haber convocado un referendo sin preguntarnos a nosotros, los afectados… Debería consultarnos directamente sobre lo que queremos”.

¿Miedo a una invasión?

Thomas Singh, un investigador de la Universidad de Guyana, estuvo presente en el Esequibo poco antes del referendo y comenta que el ambiente en la región era pesimista, aunque “notablemente diferente” en comparación con el resto de Guyana.

Georgetown, Guyana.

Durante décadas Guyana fue uno de los países más páises más pobres de Sudamérica, situación que ha cambiando en los últimos años / BBC Brasil

Mientras que en Guyana predominaba un clima de amenaza latente, temor ante una posible intervención venezolana y organización de manifestaciones para expresar unidad nacional, en el Esequibo pocos creían en la posibilidad de una invasión militar, según el académico.

“A pesar de que los habitantes del Esequibo se identifican como guyaneses y se sienten de esa manera, algunos expresaron que aceptarían una cédula de identidad venezolana si no tienen otra opción real”, revela Singh.

Un mural en Georgetown que dice: "El Esequibo pertenece a Guyana".

Un mural en Georgetown que dice: “El Esequibo pertenece a Guyana”. / BBC Brasil

“En caso de que percibieran amenazas a su seguridad y medios de subsistencia, y creyeran que podrían vivir en paz al aceptar una cédula venezolana, estarían dispuestos a hacerlo”.

Quizás la propuesta más controvertida del referendo venezolano era la concesión de la ciudadanía venezolana a los residentes del Esequibo.

Guyaneses con conexiones venezolanas

Durante varias décadas, Guyana ocupó la posición de la segunda nación más empobrecida de Sudamérica, después de Bolivia. Este hecho la convirtió en un lugar de origen de emigrantes que buscaban mejorar su calidad de vida en otros países, incluyendo Venezuela.

De acuerdo con el censo venezolano de 2001, en ese año residían poco más de 6,000 guyaneses en Venezuela, y Oriana formaba parte de esta estadística. Optó por establecerse en Sierra Imataca, una localidad en el estado Delta Amacuro, limítrofe con el Esequibo, donde vivió durante aproximadamente 30 años con sus hijos. Afirma que la trataron de manera positiva y nunca enfrentó problemas por ser guyanesa.

Después de algunos años, regresó a su país natal debido a la situación económica en Venezuela y ahora gestiona un puesto de comida venezolana en Georgetown. Con un español casi perfecto y un acento del oriente venezolano, menciona tener una variada oferta gastronómica que incluye empanadas, arepas, cachapas, enrollados, pepitos, hamburguesas y perros calientes.

En cuanto al conflicto en el Esequibo, Oriana solo espera una resolución pacífica: “No queremos guerra. Si podemos encontrar una solución sin recurrir a la guerra, sería mejor”.

Adrian Smith es otro guyanés que vivió en Venezuela desde los 8 años. Aunque nació en el Esequibo, creció en San Félix, estado Bolívar. A pesar de no poseer nacionalidad venezolana, sus hijos sí la tienen. Después de 34 años en Venezuela, Smith dejó su hogar, vendió sus pertenencias y regresó a su país natal, Anna Regina, ubicado en el noroeste del Esequibo. Explica que, en su opinión, el Esequibo ahora presenta mejores condiciones que Venezuela, donde ya no es posible convivir con la delincuencia ni con el sistema de gobierno.

Smith confía en que Venezuela no invadirá su país y busca tranquilizar a sus compatriotas que temen una posible invasión.

Venezolanos en Guyana

En efecto, en los últimos años se ha observado un cambio en la dinámica migratoria entre Venezuela y Guyana, y no solo son los guyaneses quienes están regresando a su país. Cada vez más venezolanos buscan oportunidades en el lado opuesto de la frontera.

Mientras Venezuela enfrenta una profunda crisis económica que ya lleva casi una década, Guyana experimenta un constante crecimiento. Se espera que su PIB aumente un 25% este año, después de haberse expandido un 57,8% en 2022. Cristian Anton se trasladó a Georgetown desde el estado Bolívar hace unos años.

Mercado en Georgetown, Guyana.

Muchos analistas consideran que la posición de Brasil podría resultar clave para aliviar la tensión de una región con la comparte frontera. / BBC Brasil

“Es evidente que el gobierno de Venezuela no es bueno, y por eso me mudé a Guyana”, comenta este venezolano, quien actualmente trabaja como repartidor. Cristian menciona que al principio no experimentó xenofobia, pero con la situación actual, frecuentemente se enfrenta a comentarios despectivos.

“Nos dicen cosas fuertes, como si estuviéramos involucrados en eso. Para ser claro, no nos concierne. Son problemas políticos”, continúa antes de enfatizar que está en Guyana solo para trabajar y emprender. Aunque confiesa que, en su opinión, nunca entregaría el Esequibo al gobierno de su país.

“Ellos no están haciendo nada bueno. Si van a causar problemas a la gente allí (en el Esequibo), que no se lo den”.

No obstante, Cristian expresa que, como venezolano, desea que el territorio sea entregado “a quien tenga razón y lo merezca verdaderamente”.

María, una venezolana que reside en Georgetown desde hace casi una década y prefiere permanecer anónima, también ha experimentado dificultades debido a las crecientes tensiones entre Guyana y Venezuela. Afirma que la situación actual es muy tensa y ha recibido “muchos” mensajes de odio y amenazas desde su país.

Aunque admite haber vivido “algunos” episodios de xenofobia en Guyana, asegura que son raros. “Los venezolanos aquí solo queremos paz, tranquilidad y seguir ayudando a nuestras familias. No estamos a favor de la guerra”, enfatiza.

Cristian Anton en Georgetown, Guyana

Hay venezolanos que aseguran que nunca habían sufrido de xenofobia desde que se mudaron a Guayana, pero que ahora si se sienten señalados / BBC Brasil

María, quien tiene una gran presencia en redes sociales, solía compartir contenido sobre Guyana, pero empezó a recibir amenazas después de expresar su desacuerdo con el referendo. Desde entonces, ha tenido que ocultar su identidad.

“Deberían preguntarle a las personas que viven en el Esequibo, no a las personas de Venezuela que no conocen la situación en ese lugar”.

Al igual que muchos de sus compatriotas, María no cree que el conflicto se intensifique y opina que el gobierno venezolano está utilizando la disputa por el Esequibo como una “artimaña política” para desviar la atención de un tema que muchos consideran más crucial: las elecciones presidenciales programadas para el próximo año.

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