Fecha de hoy22 noviembre, 2024

“La única forma que tiene Venezuela para ejercer la soberanía sobre el Esequibo sería una acción militar y no está en capacidad de hacerla”

Las relaciones entre Venezuela y Guyana se encuentran en un período de tensiones sin precedentes. La disputa histórica sobre el territorio Esequibo, que Venezuela alega fue injustamente arrebatado en un laudo arbitral en 1899 y que ahora constituye la mayor parte del territorio guyanés, ha desencadenado una grave crisis bilateral.

A pesar del compromiso expresado en el Acuerdo de Ginebra en 1966 para buscar una solución práctica y satisfactoria a la controversia, el mecanismo de buenos oficios utilizado durante más de 25 años no ha logrado resolver el conflicto. Guyana, ante la falta de progreso, ha optado por llevar el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

Simultáneamente, Guyana ha otorgado concesiones petroleras en aguas disputadas, lo que ha intensificado las tensiones, ya que Venezuela reclama derechos sobre estas áreas. En respuesta, el gobierno de Nicolás Maduro realizó un referendo sobre el Esequibo y busca una ley para anexar el territorio, provocando inquietud en Guyana.

El presidente guyanés, Irfaan Ali, ha declarado la alerta máxima y está en contacto con el Comando Sur de Estados Unidos. Maduro, por su parte, acusa a ExxonMobil de financiar a la oposición venezolana, lo que resultó en la detención de varias personas, incluidos políticos opositores, bajo cargos de traición.

ExxonMobil rechaza las acusaciones, considerándolas infundadas, y analistas sugieren que las acciones de Maduro están destinadas a debilitar a la oposición de cara a las elecciones presidenciales de 2024. La situación ha generado gran preocupación, y expertos como Sadio Garavini di Turno han expresado su opinión sobre este complejo conflicto.

El gobierno de Nicolás Maduro ha anunciado la creación de un estado venezolano en el Esequibo, otorgando concesiones petroleras en la zona controlada por Guyana. Este anuncio ha generado escepticismo a nivel internacional, ya que plantea interrogantes sobre su viabilidad y las implicaciones en términos de acción militar.

Un miembro de las milicias bolivarianas en un centro de votación.

Las milicias bolivarianas custodiaron los centros de votación durante el referendo sobre el Esequibo realizado en Venezuela.

Maduro designó a un general para la defensa de la Guayana Esequiba, con sede en Tumeremo, un pueblo en el sur del estado Bolívar. Además, propuso que PDVSA tenga una sección dedicada a inversiones en la Guayana Esequiba. Sin embargo, surge la pregunta de cómo llevará a cabo estas acciones, ya que parece requerir medidas de fuerza. Además, PDVSA enfrenta limitaciones financieras incluso para invertir en la Venezuela actual, planteando dudas sobre su capacidad para hacerlo en las áreas marinas y submarinas frente al Esequibo.

¿Por qué Venezuela asume esa actitud ahora?

Esta acción se percibe como una estrategia de política interna en respuesta a un asunto de relevancia internacional, destinada a aparentar que se están tomando medidas con respecto a la reclamación del Esequibo, especialmente después del referéndum. Este último fue otra táctica política interna diseñada para desviar la atención del éxito de las primarias de la oposición.

Desde una perspectiva internacional, la única manera de afirmar la soberanía sobre la Guayana Esequiba, según lo que están proponiendo, sería a través de la creación de un nuevo mapa de Venezuela que incluya el Esequibo, anteriormente considerado una zona en disputa. Sin embargo, esta medida sugeriría una acción militar como la única vía para ejercer la soberanía sobre dicho territorio.

¿Es posible esa acción militar?

No creo que las Fuerzas Armadas de Venezuela tengan la capacidad para llevar a cabo esa acción debido a su situación precaria. Además, la falta de una infraestructura vial plantea desafíos significativos, ya que tendrían que atravesar la selva, realizar un desembarco o enviar paracaidistas, lo cual evidencia una incapacidad total para llevar a cabo dicha empresa.

Desde una perspectiva internacional, considero que estas acciones son irresponsables, ya que causan un perjuicio significativo a la posición de Venezuela en la Corte Internacional de Justicia, donde el tema está siendo procesado. En lugar de emprender acciones militares, el gobierno debería prepararse para defender los derechos de Venezuela de manera apropiada en dicho tribunal internacional.

¿Cuál es la importancia que tiene el Esequibo para Venezuela?

Es crucial para Venezuela proteger su acceso al Atlántico, la extensión de su zona económica exclusiva y su plataforma continental, no solo la vinculada al Esequibo en disputa, sino también la relacionada con el estado Delta Amacuro, ubicado en el extremo nororiental del país, frente al Océano Atlántico y junto al Esequibo.

Guyana ha trazado arbitrariamente una línea que pretende establecer la frontera con Venezuela, una medida inaceptable que afecta la proyección en la zona económica exclusiva y la plataforma continental del estado Delta Amacuro.

En cuanto al Esequibo, que representa dos terceras partes del territorio que Guyana considera suyo desde el laudo arbitral de 1899, el Acuerdo de Ginebra aboga por una solución práctica y satisfactoria para ambas partes.

Si se busca un acuerdo basado en este principio, es evidente que un arreglo satisfactorio para Guyana no implicaría ceder dos terceras partes de su territorio. Esto debe entenderse al leer detenidamente el Acuerdo de Ginebra.

La posibilidad de lograr una compensación territorial sensata a través del Acuerdo de Ginebra es complicada y podría requerir la intervención de un tercero. Por ello, se destaca la importancia de las áreas marinas y submarinas en una región rica en petróleo, más que el territorio en sí mismo, ya que, según el Acuerdo de Ginebra, solo una parte de este último podría retornar a Venezuela.

Sadio Garavini di Turno

Sadio Garavini di Turno fue embajador de Venezuela en Guyana entre 1980 y 1984.

¿Cómo afecta a Venezuela esa delimitación marítima que ha hecho Guyana?

Esto limita severamente cientos de miles de kilómetros cuadrados de áreas marinas y submarinas con abundancia de recursos como petróleo, gas y pesca, además de restringir la propia salida hacia el Atlántico. Si aceptamos esa línea, nos veríamos obligados a solicitar permisos para acceder al Atlántico, lo cual claramente resulta inaceptable.

Este asunto está conectado tangencialmente con la cuestión del Esequibo debido a que Guyana ha trazado esa línea de manera arbitraria desde la Punta Barima, que es el extremo del territorio Esequibo. Sin embargo, este tema requerirá una discusión posterior.

Resulta irresponsable por parte del gobierno de Maduro el hecho de que estemos ignorando la Corte Internacional de Justicia. Actualmente, el gobierno alega que la CIJ está influenciada por Exxon. La resolución de la delimitación de áreas marinas y submarinas deberá abordarse en la CIJ después de resolver la cuestión del Esequibo.

Stand de Guyana en una feria comercial.

El hallazgo de gas y petróleo ha convertido a Guyana en una de las economías de mayor crecimiento en el mundo.

¿Qué mecanismo o estrategia debería usar Venezuela para hacer valer los derechos que afirma tener sobre el Esequibo?

En este momento, no hay otra opción viable. Es importante que la población comprenda que dos secretarios generales de las Naciones Unidas y el último facilitador de buenos oficios han decidido llevar el asunto a la Corte Internacional de Justicia.

En ausencia de un acuerdo entre las partes, el Acuerdo de Ginebra confiere al secretario general la autoridad para determinar qué mecanismo de resolución pacífica de controversias aplicar. Desde una perspectiva del derecho internacional público, no hay base para objeciones.

Nuestra única opción es presentar nuestra defensa en la Corte Internacional de Justicia, y el gobierno no está cumpliendo con la tarea esencial de preparar nuestra contramemoria para proteger nuestros derechos.

Contamos con argumentos sólidos que respaldan la afirmación de que el laudo arbitral de 1899 fue injusto y resultado de un acuerdo político entre el presidente ruso del tribunal y los dos miembros británicos del mismo. Es fundamental llevar a cabo este proceso con la asesoría de expertos nacionales e internacionales destacados.

Irfaan Ali

El presidente de Guyana, Irfaan Ali, ha dicho que sus fuerzas de defensa se encuentran en alerta y que están con contacto con el Comando Sur de EE.UU.

La comunidad internacional parece respaldar la situación actual. Guyana afirma contar con el respaldo de la OEA, Caricom, la Commonwealth, Estados Unidos y el Reino Unido, entre otros. ¿Por qué no se escuchan más voces apoyando a Venezuela?

Históricamente, Guyana ha contado con el respaldo del Caricom y la Commonwealth, ya que la sede del Caricom se encuentra en Georgetown, y Guyana es miembro de la Commonwealth. Sin embargo, la gran mayoría de la comunidad internacional no respalda a Guyana per se, sino que aboga por la resolución pacífica del problema en la Corte Internacional de Justicia, según la decisión de dos secretarios generales de la ONU de conformidad con el Acuerdo de Ginebra.

La campaña de desinformación emprendida por el gobierno de Maduro intenta crear la percepción de que el Acuerdo de Ginebra y la Corte Internacional de Justicia son entidades separadas, cuando en realidad estamos en la CIJ debido al Acuerdo de Ginebra.

Se argumenta que la estrategia de evitar la CIJ y buscar una solución bilateral con Guyana era la opción más beneficiosa para Venezuela. Si es así, ¿no sería lógico que Maduro intentara evitar recurrir a la CIJ?

Claro, pero esta acción debería haberse tomado mucho antes. El grave error del gobierno venezolano se produjo en diciembre de 2013, cuando la entonces canciller de Guyana, Carolyn Rodrigues-Birkett, indicó que después de 26 años de negociaciones bilaterales con la asistencia de un buen oficiante y muchos años desde el Acuerdo de Ginebra, era el momento de concluir la delimitación del territorio, tanto en áreas marinas como submarinas, y resolver de una vez por todas la controversia.

¿Por qué? Entre 2010 y 2013, Guyana hizo grandes descubrimientos de riquezas, otorgó concesiones significativas y enfrentó la crisis del Teknik Perdana, el barco de exploración sísmica petrolera detenido por la Armada de Venezuela. En ese contexto, Guyana decidió buscar la intervención del secretario general de la ONU para llevar el caso a la CIJ.

El error grave de Venezuela fue insistir obstinadamente al secretario general en continuar con las negociaciones bilaterales asistidas por un buen oficiante. Dado que este mecanismo no había dado resultados, se comprende por qué el secretario general respaldó a Guyana en lugar de a Venezuela.

Lo adecuado habría sido que Venezuela propusiera recurrir a la mediación, conciliación o arbitraje, es decir, a otros medios de resolución pacífica de controversias previstos en la Carta de la ONU que no implican la CIJ, opción más conveniente para Guyana.

La mediación busca una solución práctica y justa, mientras que en la CIJ se aborda estrictamente el aspecto jurídico, evaluando si el laudo arbitral de 1899 es válido o no, una tarea costosa y complicada de demostrar. Esto era precisamente lo que Venezuela quería evitar, ya que una vez que hay cosa juzgada, los jueces tienden a favorecer la idea de que el tema está cerrado.

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