La cantante propone en su décimo álbum de estudio un viaje nocturno plagado de reflexiones en voz alta sobre temas que consiguieron quitarle el sueño, desde su imagen pública a su vida sentimental.
“Midnights es un collage de intensidad, altibajos, flujos y reflujos. La vida puede ser oscura, estrellada, nublada, aterradora, excitante, caliente, fría, romántica o solitaria. Como la medianoche”. Taylor Swift (Pensilvania, 1989) define así su último disco, en el que ha volcado los “terrores y dulces sueños” que definieron diferentes noches de su vida en las que combatió el insomnio con música.
La artista había recomendado escuchar el volumen, que ya ha salido a la luz, en pijama con una taza de café en mano. El uniforme perfecto para disfrutar de las trece canciones en las que recorre y sacude el insomnio a golpe de pop y tintes electrónicos.
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