Dos miembros de la Armada de Estados Unidos murieron debido a complicaciones por el COVID 19 en un momento en que crecen las preocupaciones por la mortal variante delta.
Un reservista de la Armada emplazado en Idaho murió el lunes 26 de julio, y un médico asignado al Centro Médico Naval en Camp Lejeune, Carolina del Norte, falleció el viernes 23 de julio, con lo que ya son 10 los marineros muertos por COVID-19. La Armada indicó el miércoles que los elementos eran el maestro en armas de primera clase Allen Hillman, de 47 años, de Boise, y el capitán Corby Ropp, de 48 años, de Camp Lejeune.
Sus muertes son las primeras relacionadas con el COVID-19 en la Armada desde el 29 de abril. Suceden en un momento en que el número de casos activos del virus entre marineros aumentó de menos de 250 a principios de junio a más de 800 en la actualidad, según la capitana de corbeta Patricia Kreuzberger, una vocera de la Armada.
Según el Pentágono, el número de fallecimientos en el ejército de Estados Unidos relacionados con el coronaviruses bajo, menor a 30. En total, hay casi 206 mil casos dentro de las fuerzas armadas hasta el 21 de julio, la última fecha en que las cifras estuvieron disponibles. Más de 39 mil 700 de esos casos son de marineros de la Armada.
Según ese cuerpo militar, Ropp, quien era director de cirugía refractiva y oftalmología en el centro médico, murió en el Hospital Universitario Duke en Durham, Carolina del Norte. Hillman estaba asignado a la Unidad de Entrenamiento de Voluntarios de Reserva de la Armada en Boise.
No se proporcionaron detalles sobre cuál variante del virus tenían los marineros ni si fueron vacunados. Pero el rápido aumento de casos a nivel nacional de la muy contagiosa variante Deltaprovocó que se reconsidere la posibilidad de ordenar la inoculación, el uso de cubrebocas y mayor aplicación de pruebas diagnósticas.
Con información de medios internacionales
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