Un estudio realizado en Alemania presenta una esperanza tanto para los músicos como para los escuchas, pues señala que, si se garantiza la renovación del aire en el local al menos una vez cada veinte minutos, existiría un riesgo mínimo de transmisión.
El Instituto Fraunhofer Heinrich Hertz de Berlín fue el responsable de esta investigación que tuvo como sede la Sala de Conciertos de Dortmund, un sitio con mil 500 asientos; se llevó a cabo durante tres días en noviembre para analizar el movimiento de partículas en el aire en un ambiente interior.
“Cuando el aire acondicionado funciona, la mayoría de aerosoles se dirigen directamente desde el suelo hasta el techo sin parar en frente de la persona sentada mirando el concierto”, explicó Wolfgang Schade, jefe del departamento de sistemas de sensores de fibra óptica en Fraunhofer HHI y jefe del estudio.
Aunque Schade asegura que la mascarilla es necesaria porque funciona como una “pared” ante la boca de la persona por si hubiera algún aerosol que permaneciera frente a los rostros en lugar de ascender.
El elemento central del experimento fue el muñeco Oleg, un maniquí que estaba sentado en el auditorio esparciendo cantidades definidas con precisión de aerosoles y dióxido de carbono a través de un tubo desde la boca y la nariz, simulando así la respiración humana.
La dispersión de aerosoles se midió con y sin máscara teniendo en cuenta varios escenarios, como el efecto térmico de la audiencia sentada alrededor del muñeco.
“Sentamos a varios miembros de la Orquesta Filarmónica de Dortmund alrededor del maniquí y vimos que esto no influía significativamente en el procedimiento de ventilación, los aerosoles seguían moviéndose directamente del suelo al techo”, asegura el doctor Shade.
El equipo que ha llevado a cabo el estudio considera que llenar las salas de concierto en un 50 por ciento de su capacidad total no implica riesgo para la salud de la audiencia, siempre que el lugar tenga suficiente suministro de aire fresco y todos los asistentes usen máscaras faciales.
“Las salas de conciertos y los teatros no son lugares de infección”, afirmó en un comunicado el director artístico de la Sala de Conciertos de Dortmund, Raphael von Hoensbroech, quien aseguró también que los políticos necesitan base científicamente sólida como este estudio para tomar decisiones al respecto.
Ese primer estudio encontró que la transmisión del virus es “baja” siempre que haya una buena ventilación, los asistentes sigan los procedimientos de higiene correctos y el lugar limite la capacidad.
Fuente: Milenio
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