Indonesia ha implementado medidas peculiares para combatir la pandemia de coronavirus. Las más insólitas son respecto a los castigos por desobedecer las indicaciones de las autoridades, pues incluyen encierros en casas ‘embrujadas’ y jornadas de limpieza en baños públicos. Pero hay otras, que buscan prevenir contagios, que resultan inclusivas, como la creación de cubrebocas transparentes para las personas sordomudas.
Esta iniciativa fue generada por Dwi Rahayu para ayudar a los sordomudos a comunicarse entre sí y con otras personas, sin tener que levantarse la mascarilla para poder leer labios y exponerse al virus.
Dwi, que es sordomuda y solía trabajar como costurera, reveló en una entrevista que se dio cuenta del problema de las mascarillas cuando fue al hospital y tuvo dificultades para comunicarse con los médicos porque no podía leerles los labios.
“Fui a medicarme al hospital, pero los médicos no querían quitarse las mascarillas (para comunicarse)”, señaló la inventora desde Sleman, una municipalidad de la región de Yogyakarta, en la isla de Java.
“Era difícil para mí (comunicarme), así que tuve la idea de hacer un cubrebocas transparente”, agregó Dwi, que encontró en Facebook varios modelos que le inspiraron a confeccionar mascarillas con tela de algodón y plástico transparente de mica para que los labios fueran visibles.
La primera dificultad fue que el plástico se empañaba con el aliento “porque el diseño no era curvado y se creaba vaho. Así que diseñé otro modelo que no se pega a la boca y no causa vaho”, agregó la emprendedora, que produce unos 12 cubrebocas al día junto con su marido. Ambos los venden por 15 mil rupias, con pedidos de diferentes ciudades de Java y hasta de las islas de Sumatra y Célebes.
“Mis amigos sordos están felices porque pueden comunicarse a pesar de llevar mascarilla”, afirmó.
Dwi espera que los médicos y enfermeras también empiecen a ponerse mascarillas transparentes para que los sordomudos puedan leerles los labios y comunicarse y que las autoridades indonesias le ayuden a producir más.
Fuente: Milenio
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