El Virus de Papiloma Humano (VPH) es un tema importante para la salud de las mujeres, debido a que, como se sabe, puede ser contagiado mediante las relaciones sexuales; sin embargo un especialista rompió este esquema e informó que hay otras maneras de contagio.
Las uñas y las yemas de los dedos pueden ser una nueva vía de contagio del virus de papiloma humano (VPH), explicó el especialista en Ginecología y Obstetricia del complejo hospitalario Ruber Juan Bravo de Madrid, Natalia Gennaro Della Rossa.
El VPH es la principal causa de aparición del cáncer de cuello de útero, el segundo tumor más frecuente en mujeres de todo el mundo y cuyo diagnóstico se suele producir, en la mayoría de las ocasiones, entre los entre los 30 y 50 años.
En este sentido, la doctora ha recordado que la principal vía de contagio es la sexual, si bien ha señalado que “no es necesario” que haya una relación sexual con penetración para que se produzca la transmisión, ya que se ha descrito que el contacto directo piel con piel de la zona genital es suficiente.
“Otra vía descubierta recientemente de transmisión del VPH sería la genodigital, de forma que las uñas y las yemas de los dedos de la mano constituyen un reservorio del virus que provocaría contagio por esta vía”, ha apostillado, para informar de que la mayoría de las infecciones por VPH desaparecerán espontáneamente, por lo que al principio generalmente sólo se observa y, pasado un tiempo (usualmente de 2 años), si el virus persiste activo, se recomienda un tratamiento de erradicación por vaporización láser.
Ahora bien, si provoca una lesión mayor a nivel de las células cervicales, generalmente se realiza una pequeña cirugía ambulatoria donde se extrae la lesión. Hasta 11 genotipos del VPH pueden, si la infección persiste durante varios años, llegar a desarrollar cáncer en el cuello del útero, aunque son los genotipos 16 y 18 los causantes del 70 por ciento de ellos.
Otros factores de riesgo son el estado inmunitario de la paciente o el estado inmunitario local del cuello del útero, la infección simultánea de otros microorganismos de transmisión sexual (herpes simple, clamidias, gonococo) o el consumo de tabaco. Además, mientras persista la infección activa por VPH se recomienda suspender el uso de anticonceptivos orales si es posible.
Por otra parte, la doctora ha comentado que la prevención primaria comienza con la vacunación de las niñas de entre 9 a 14 años, antes de iniciar su vida sexual, lo que reduce significativamente el riesgo de cáncer cervicouterino. Sin embargo, la vacunación es posible más allá de los 14 años, y recomendable hasta los 55.
Algunos países han empezado a vacunar a los niños, dado que la vacunación previene los cánceres genitales también en hombres.
“Conviene en este punto recordar que se trata de una vacuna que no evita la infección, sino que disminuye la posibilidad de desarrollar un cáncer provocado por el VPH.
Ahora bien, la vacunación no sustituye a las pruebas de detección de lesiones precancerosas o de cáncer de cuello de útero, por lo que se recomienda a las mujeres someterse a una revisión ginecológica con realización de una citología, estudio que permite analizar las células del cuello del útero”, ha añadido la doctora.
Fuente: Milenio
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