Uno de los factores que más afectan a los pies de las mujeres es el uso cotidiano de zapatos con excesivo tacón.
Entre los problemas que puede acarrear el empleo desmesurado de este tipo de calzado a causa de las alteraciones que supone su uso es importante considerar las siguientes:
- Aparición de durezas, callos o helomas.
- Dolor de espalda, sobre todo, en la zona lumbar.
- Artrosis en pies, rodillas y caderas.
- Deformaciones como los juanetes y contracturas.
- Sobrecargas y esguinces en las articulaciones especialmente en el tobillo.
Es importante que el calzado que escojamos nos permita que nuestro cuerpo encuentre un punto de apoyo compensado. Esta estabilidad la aportan los zapatos que tienen una suela de dos centímetros. Todos aquellos zapatos que superen esta altura provocarán que ejerzamos mayor fricción sobre la parte delantera de los pies. En cuanto a la altura máxima que se recomienda que tengan los tacones es de 5 cm puesto que, de superarse, aumentará la tendencia a padecer deformaciones y daños con el paso del tiempo.
En primer lugar, es importante evitar que los zapatos escogidos tengan su terminación en forma de pico, puesto que nuestros dedos quedarán apiñados y fomentará la aparición de callos y otro tipo de lesiones.
En segundo lugar, en caso de que no tengamos más remedio que lucir los tacones durante todo el día, es aconsejable el uso de plantillas podológicas personalizadas y recetadas por un profesional de la podología. Junto con ello, es fundamental ser conscientes del acortamiento muscular que deriva del uso continuo de los tacones, por esta razón, se advierte de la necesidad de alternar el zapato de tacón con otro más plano y con las características adecuadas para evitar la reducción de nuestros músculos.
Por otro lado, no debemos olvidar aliviar nuestros pies masajeándolos con crema hidratante tras cada puesta y, además, debemos rehuir en la medida de lo posible andar distancias largas con este tipo de calzado. Así como estar de pie durante mucho tiempo.
Los tacones nos obligan a mantener una postura alejada de lo que se conoce como una pose natural, lo que provoca en muchas ocasiones que todo el peso de nuestro cuerpo se apoye con exclusividad en la punta de nuestros pies. De este modo, una modificación de nuestra pisada podrá repercutir en todo nuestro aparato locomotor convirtiéndose en la causante de lesiones y de daños irreparables en nuestro cuerpo.
Para finalizar, cabe mencionar que, por lo tanto, el tacón adecuado será aquel entre los 3 – 5 cm de alto, que nunca supere los 7 cm, y que cuente con una horma que sujeta de forma adecuada el pie. Además, no debemos olvidar que, cuanto más ancho sea el tacón, más estabilidad nos aportará.
Fuente: enfemenino.com
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