En un estudio realizado a más de nueve mil estadounidenses de 65 años en adelante por el Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento, más de la mitad afirmó tener dificultades para conciliar el sueño o para dormir ininterrumpidamente. Hay muchos otros que creen que duermen lo suficiente, pero se quejan de que al momento de levantarse sienten que no descansaron.
El insomnio crónico, que afecta a entre el cinco y el diez por ciento de los adultos mayores, es más que solo agotador. También está relacionado con un riesgo mayor de desarrollar hipertensión, diabetes tipo 2, infartos, depresión, ansiedad y muerte prematura. También podría ser un factor de riesgo para desarrollar demencia, en especial la enfermedad de Alzheimer.
Estudios realizados en más de 1700 hombres y mujeres, a los que los investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Pensilvania les dieron seguimiento durante muchos años, revelaron que el riesgo de desarrollar hipertensión era cinco veces mayor entre quienes durmieron menos de cinco horas por noche, y tres veces y media mayor en quienes durmieron entre cinco y seis horas. Sin embargo, no hubo un riesgo mayor entre quienes durmieron por lo general seis horas o más. Del mismo modo, el riesgo de desarrollar diabetes se triplicó entre quienes durmieron menos y se duplicó en quienes durmieron entre cinco y seis horas.
Las personas que sufren de insomnio con frecuencia se quejan de que no pueden concentrarse o de que tienen problemas de memoria. Aunque las pruebas de este hecho son inconsistentes, los estudios de la Universidad Estatal de Pensilvania demostraron que las personas con insomnio son más propensas a desempeñarse de forma deficiente en pruebas de velocidad de procesamiento, cambios de atención y memoria visual. La mayoría de los estudios han demostrado que el insomnio afecta el desempeño cognitivo, un posible factor de riesgo en la discapacidad cognitiva leve y la demencia.
Agregaron que hasta cierto grado todas las personas con insomnio experimentan una actividad cortical aumentada durante el sueño, lo cual podría explicar por qué algunas se quejan de que su sueño no es restaurador ni reconfortante sin importar cuántas horas duerman.
Las horas de sueño que necesitamos varían de un individuo a otro; no hay un “estándar de referencia” para determinar cuántas horas de sueño necesita una persona mayor. En lugar de eso, la cantidad de horas se basa en cómo se siente y qué tan bien funciona con las horas que duerme.
Te damos algunos consejos para poder dormir bien y evitar el insomnio:
- Si a la hora en la que intentas dormir te asaltan pensamientos errantes o tienes miedo de olvidar algo importante, ten a la mano una libreta, un bolígrafo y escribe una nota, luego apaga tu cerebro hasta la mañana siguiente.
- Ejercítate con regularidad, de ser posible al aire libre, pero no lo hagas poco antes de tu hora de acostarte. La exposición a la luz natural durante el día y las primeras horas de la tarde puede ayudarte a programar tu reloj biológico para favorecer la somnolencia a la hora de irte a dormir.
- Evita las comidas abundantes justo antes de irte a acostar. Si tienes hambre, toma un refrigerio ligero: un plátano, un vaso de leche tibia o unas galletas integrales pueden aumentar la capacidad de quedarte dormido.
Fuente: Excélsior
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