Fecha de hoy11 febrero, 2025

Karina tuvo una segunda oportunidad de vida tras un trasplante en Querétaro

A los 16 años, la vida de Karina “N” cambió radicalmente cuando fue diagnosticada con insuficiencia renal crónica.

Vómitos, fatiga y falta de apetito fueron los primeros síntomas que la llevaron a recibir tratamientos de hemodiálisis y diálisis. Sin embargo, su historia no terminó ahí.

Con el apoyo incondicional de su madre, Karina recibió un trasplante de riñón que le permitió volver a soñar con un futuro lleno de posibilidades.

“Después del diagnóstico y realizar los primeros tratamientos, los médicos me comentaron que era candidata para un trasplante de riñón. En compañía de mi familia, nos trasladamos a otra ciudad para poder realizarlo”, recuerda Karina.

Sin dudarlo, su madre decidió ser su donante y, tras varios estudios, se confirmó la compatibilidad. Ocho meses después, en una institución pública de salud en la Ciudad de México, se llevó a cabo la cirugía que le daría una nueva oportunidad de vida.

Hoy, con 37 años, Karina es un ejemplo de resiliencia y compromiso con su salud. Gracias al seguimiento médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Querétaro, se somete a revisiones cada tres meses para monitorear el funcionamiento de su riñón trasplantado, que, según el doctor Johnatan Ayala Bejar, especialista en nefrología del Hospital General Regiona No. 1, mantiene una funcionalidad del 70 por ciento.

“El trasplante le permitió tener una vida plena. Su evolución ha sido muy buena, y el seguimiento médico ha sido clave para su excelente estado de salud a lo largo de estos 20 años”, destacó el especialista.

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