La falla que ha causado microsismos en el poniente de la Ciudad de México deja estragos cada vez más notorios en el barrio de Tacubaya.
Con el temor palpable y viviendo en constante incertidumbre, cientos de residentes ocupan un tramo de aproximadamente un kilómetro y medio, desde Lomas de Plateros en la alcaldía Álvaro Obregón hasta Mixcoac en Benito Juárez. Sus hogares están situados sobre la recién descubierta Falla Plateros-Mixcoac, la cual, según investigadores del Instituto de Ingeniería de la UNAM, podría ser la causa de los enjambres sísmicos que se han registrado en la zona desde diciembre pasado, resultando en daños en al menos 16 viviendas.
En el estudio titulado “El Rompecabezas de la Sismicidad del Poniente de la Ciudad de México”, los investigadores de la UNAM utilizaron imágenes satelitales para identificar desplazamientos verticales o hundimientos, de hasta tres centímetros en el lado norte de la “grieta”, cuyo comportamiento se asemeja al de una falla normal.
Durante un recorrido con MILENIO, el geólogo independiente Alejandro Salazar Méndez señaló el lugar exacto donde la falla se manifiesta, ubicado en el estacionamiento de la Unidad Habitacional Lomas de Plateros, en la alcaldía Álvaro Obregón. A medida que la actividad de la falla avanza, se puede observar que la unidad habitacional también se está fracturando, evidenciando desplazamientos verticales, lo que significa que una parte está hundiéndose.
Salazar Méndez explicó: “Según el estudio de la UNAM, esta es una falla de tipo normal, lo que significa que una parte del bloque está descendiendo mientras que la otra se mantiene. Esto se puede observar claramente en la separación entre el pie de la escalera y el andador; el edificio permanece intacto mientras que el estacionamiento se está hundiendo. Aquí, el desplazamiento que se puede ver es de uno o dos centímetros”.
En la Unidad Habitacional Lomas de Plateros, aproximadamente 250 personas residen en cinco edificios, cada uno con veinte departamentos. Estas personas son testigos del continuo aumento del fenómeno de fallamiento en su entorno. Moraima Zamudio, una de las residentes, ha notado que las grietas se han vuelto más profundas con el paso de los días. Inicialmente, al colocar palitos de madera, encontraban tope a los 10 centímetros de profundidad, pero ahora pueden hundirse hasta los 30 centímetros.
“Ni la alcaldía ni el gobierno han prestado atención a esta situación. Solo hemos recibido apoyo y asesoramiento por parte del geólogo Alejandro, ya que estamos completamente desorientados sobre lo que está sucediendo. Los vecinos estamos preocupados; cuando tiembla, sentimos un descenso repentino. Es fundamental que las autoridades intervengan y evalúen esta situación”, expresó Moraima Zamudio, quien actúa como representante vecinal.
El conjunto habitacional en cuestión fue uno de los más afectados por el enjambre sísmico ocurrido el pasado 12 de diciembre. En el edificio D4, cinco departamentos sufrieron daños en sus muros, los cuales los propios residentes se encargaron de reparar.
Según Arturo Rodríguez, representante del edificio D4, les informaron que los daños no afectaban la cimentación ni representaban un riesgo para el edificio en sí.
Una de las afectadas, Gabriela González, expresó su preocupación: “Estamos angustiados ante la posibilidad de que los temblores continúen y los daños sean más graves, lo que podría hacer que las paredes se desplomen”.
Fuera de la unidad habitacional, en la avenida Rosa Trepadora, la falla atraviesa un ducto de gas natural, lo que también inquieta a los residentes. Después de pasar por debajo de otro conjunto habitacional, cruza el Anillo Periférico y reaparece en el centro de Mixcoac, en la calle Echave, aunque no es visible. Sin embargo, se sabe que pasa por allí porque un lado de la acera se ha hundido cinco centímetros en comparación con el lado sur.
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