Moscú había comenzado un proceso legal en su contra por “traición”, y un agente de inteligencia rusa había advertido que “no viviría lo suficiente para enfrentar un juicio”.
Ahora, esa sombría predicción parece haberse hecho realidad para Maxim Kuzminov, el joven piloto ruso que desertó el año pasado con un helicóptero militar Mi-8 para aterrizar en Ucrania, un caso que fue utilizado de manera propagandística por Kyiv.
La Dirección General de Inteligencia de Ucrania ha confirmado a la BBC que el cuerpo de un hombre acribillado a balazos la semana pasada en una urbanización de la costa mediterránea en España es el de Kuzminov, una afirmación que también respaldaron fuentes de la investigación a la agencia EFE.
Se informa que el piloto vivía de manera discreta y bajo una identidad falsa en Villajoyosa, una localidad a 35 kilómetros de Alicante, donde finalmente fue asesinado. La Guardia Civil inicialmente pensó que se trataba de un ajuste de cuentas cuando acudieron el pasado 13 de febrero a un complejo de apartamentos en este municipio, donde un hombre había recibido varios disparos.
Según la prensa local, la documentación falsa encontrada identificaba a Kuzminov como un ciudadano ucraniano de 33 años sin antecedentes penales.
Se ha impuesto el secreto de actuaciones judiciales sobre la investigación. “Podemos confirmar el hecho de la muerte”, señaló un representante de la Dirección General de Inteligencia ucraniana al servicio ucraniano de la BBC, aunque no proporcionó detalles sobre las circunstancias de la muerte.
Al parecer, el piloto había contactado a su ex pareja para que se reuniera con él en España. La mujer se había quedado en Vladivostok, al este de Rusia, cuando él desertó y no sabía nada de sus planes.
Operación Synytsia
Maxim Kuzminov despegó del aeródromo de Kursk y cruzó la frontera desde Rusia al este de Ucrania el 9 de agosto pasado, pilotando un helicóptero de combate Mi-8 para aterrizar en una base militar en Járkov.
En la aeronave iban otros dos militares rusos que desconocían las intenciones del piloto y murieron por disparos al intentar escapar.
Sin embargo, su deserción no fue un acto improvisado.
Kuzminov, quien entonces tenía 28 años, había contactado con los servicios secretos ucranianos meses antes para informarles de su deseo de cambiar de bando, ya que se oponía a la guerra rusa en Ucrania.
Según sus amigos, el piloto tenía “miedo de morir en la guerra” y quería dejar el Ejército, incluso antes de que comenzara la invasión rusa de Ucrania, pero no se lo permitían, según informó el canal de Telegram ruso Baza.
Así, se planificó la “Operación Synytsia”, de la cual las autoridades ucranianas y el propio piloto informaron el pasado octubre en una conferencia de prensa. Durante el evento se mostraron imágenes del aterrizaje del helicóptero, y Kuzminov afirmó que Ucrania le había prometido US$500.000, nueva documentación y protección para su familia.
Según la inteligencia ucraniana, en la operación no solo se hicieron con el helicóptero, sino también con “valiosa información y equipamiento técnico secreto”, según publicó el Kyiv Post.
Kuzminov también calificó la guerra iniciada por Vladimir Putin como “un genocidio del pueblo ucraniano”, en un documental publicado por HUR.
Por su parte, las autoridades ucranianas ofrecieron a Kuzminov la oportunidad de quedarse en Ucrania.
“Puede estar seguro de que habría estado protegido aquí. No creo que hubiera sido tratado de manera tan vergonzosa como lo fue en España”, afirmó el secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danilov.
Hasta el momento, las autoridades rusas no han comentado oficialmente sobre la muerte del piloto, pero el director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Sergei Naryshkin, lo llamó “un traidor y criminal que ya era un cadáver moral”.
Pocos meses después de la deserción de Kuzminov, la televisión estatal rusa mostró a un hombre identificado como un oficial de inteligencia ruso que sentenció: “No creo que viva lo suficiente para enfrentar un juicio”.
El piloto se había graduado en la Escuela de Aviación de Sizran, en el sur de Rusia, y fue destinado a servir en el Lejano Oriente ruso.
Entre sus compañeros, tenía la reputación de ser una “persona tranquila” que prefería puestos en operaciones de carga no militares. Vivía aterrorizado por la idea de ser capturado en Ucrania.
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