La entrega de productos cotidianos, como ropa, alimentos y computadoras, está experimentando demoras significativas debido a la actual crisis de seguridad en el mar Rojo. Los rebeldes hutíes de Yemen están llevando a cabo ataques contra buques mercantes que se dirigen al Canal de Suez, obligando a las empresas de transporte marítimo a optar por rutas más largas y costosas alrededor del sur de África. Estos ataques, dirigidos a castigar a Israel por la guerra en Gaza según el grupo rebelde, se han intensificado desde mediados de diciembre.
Recientemente, las fuerzas de Estados Unidos y el Reino Unido repelieron un importante ataque de los rebeldes hutíes, derribando drones, misiles de crucero y un misil balístico. Además, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución exigiendo el cese inmediato de los ataques a los buques mercantes en el Mar Rojo.
Este conflicto ha llevado a las compañías navieras, como Maersk, Hapag-Lloyd y Mediterranean Shipping Company (MSC), a tomar rutas alternativas para transportar sus contenedores. Esto ha provocado retrasos en las entregas, afectando a empresas importantes como Ikea, Walmart y Amazon, según informes de Reuters. La subida de los costos de transporte de carga es uno de los principales impactos económicos de esta crisis, que se considera la mayor emergencia marítima desde el incidente en el Canal de Suez que paralizó el comercio mundial en 2021.
Aumento en el costo del transporte marítimo
En los últimos días, se han observado aumentos significativos en los costos de transporte de contenedores en diversas rutas comerciales cruciales, según Willy Shih, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard, en declaraciones a BBC Mundo. Según datos de Freightos, una empresa de fletes internacionales y análisis de mercado, el precio de trasladar un contenedor desde el Este de Asia al norte de Europa ha experimentado un aumento del 199% en las últimas semanas.
Aunque la ruta marítima Shanghái-Rotterdam ha sido particularmente afectada, otras vías que conectan Shanghái con Génova, Los Ángeles y Nueva York también han sufrido las consecuencias de la crisis en el mar Rojo. Esta región es una de las vías más cruciales del mundo para el transporte de bienes de consumo, petróleo y gas natural licuado.
El transporte marítimo enfrenta simultáneamente dos crisis: la del mar Rojo y la escasez de agua en el Canal de Panamá. Según Willy Shih, cualquier interrupción significativa puede perturbar el delicado equilibrio del transporte marítimo.
En cuanto al impacto económico del desvío de rutas en el mar Rojo, Simon Heaney, gerente senior en el área de Investigación de Contenedores de la empresa Drewry, indica que dependerá de la duración de los ataques. Este tipo de situaciones puede afectar considerablemente las cadenas de suministro globales y llevar semanas o meses en recuperarse, especialmente en una época de alto flujo comercial como la llegada del Año Nuevo Chino el 10 de febrero.
Aunque hasta ahora el impacto en el sector energético no se ha manifestado, Heaney advierte sobre posibles congestiones en los puertos debido a los retrasos en el flujo de las embarcaciones. A pesar de las dificultades, expertos como Peter Sand de la empresa de datos de tarifas de flete Xeneta sostienen que las navieras están mejor preparadas para afrontar esta crisis en comparación con el bloqueo del Canal de Suez por el Ever Given en 2021.
Qué se ve en el horizonte
Jack Kennedy, director asociado y líder de inteligencia y análisis global de riesgo país para Medio Oriente y el norte de África en S&P Global Market Intelligence, sostiene que es probable que los ataques hutíes continúen dirigidos a buques internacionales, independientemente de su conexión pública con Israel.
A pesar de las afirmaciones de los hutíes de que los ataques a la navegación marítima se vinculan exclusivamente a las operaciones de combate de Israel en Gaza, Kennedy le informa a BBC Mundo que los hutíes también están utilizando sus capacidades de ataque para ejercer influencia geopolítica en la región y presentarse como un actor de importancia global.
En caso de confirmarse esta situación, los impactos de la crisis en el mar Rojo podrían generar un aumento adicional en los costos, los tiempos de transporte y los retrasos en la entrega de productos. Incluso pequeños retrasos poseen el potencial de desencadenar un efecto dominó en las cadenas de fabricación de un producto, ya que las cadenas de suministro global operan de manera coordinada, permitiendo que cada componente llegue justo a tiempo para su inclusión en la línea de producción.
Aunque la problemática podría parecer circunscrita a las empresas navieras, los analistas advierten que los consumidores a nivel mundial podrían enfrentar posibles aumentos de precios en productos en el futuro. La situación dependerá de cómo evolucionen los acontecimientos en los próximos días y semanas.
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