Fecha de hoy22 noviembre, 2024

Por qué el covid-19 sigue tirando a algunos a la cama

¿Cómo es contagiarse de covid-19 ahora?

He estado reflexionando sobre esta cuestión desde que un amigo expresó su sorpresa por lo maltratado que estaba debido al coronavirus. Su tercer contagio fue considerablemente más severo que la vez anterior que lo contrajo.

“Tenía la creencia de que cada vez que te enfermas, será un poco más leve”, escribió desde su lecho de enfermo.

Efectivamente, esta idea fue bastante difundida durante la pandemia. Sin embargo, también he conocido a colegas y personas con las que he hablado o entrevistado, así como a aquellas que he encontrado cerca de la escuela, que han experimentado impactos significativos a causa del COVID-19 en los últimos meses.

Es fundamental resaltar que el COVID-19 siempre ha manifestado una amplia variedad de síntomas. Incluso antes de la disponibilidad de vacunas, algunas personas afortunadas apenas se enfermaban o experimentaban síntomas leves.

Un enfermera mexicana preparando una vacuna

El tiempo que ha transcurrido desde que el grueso de la población recibió sus vacunas también favorece que el coronavirus hoy golpee con mayor intensidad.

Para algunos, el COVID-19 apenas supone un inconveniente, incluso llegando al punto de no considerar necesario buscar una prueba de detección escondida en el gabinete del baño.

No obstante, los científicos especializados en nuestro sistema inmunológico advierten que el COVID-19 sigue provocando infecciones desagradables que pueden ser más severas que las anteriores y dejar a las personas incapacitadas durante semanas.

Un hombre tosiendo en cama y rodeado de medicinas

Personas jóvenes y sanas vienen reportando que sus nuevos contagios son peores que en las convalecencias anteriores.

Entonces, ¿cuál es la razón de esto?

La respuesta radica en la contienda entre el virus en sí mismo y las defensas de nuestro cuerpo después de haber estado expuestos al COVID-19. Las etapas iniciales son cruciales, ya que determinan la profundidad con la que el virus se arraigará en nuestro organismo y la gravedad de la enfermedad.

No obstante, la disminución de la inmunidad y la evolución del virus están desequilibrando esta balanza.

“Me siento bastante mal”

La inmunóloga Eleanor Riley, profesora de la Universidad de Edimburgo (Escocia), experimentó su propio episodio de COVID-19, el cual resultó ser “considerablemente más grave” de lo anticipado.

Riley explicó que los niveles de anticuerpos contra el COVID-19 en las personas probablemente sean actualmente tan bajos como lo eran antes de la introducción de la primera vacuna. Los anticuerpos actúan como misiles microscópicos que se adhieren a la superficie del virus, impidiendo su capacidad para infectar las células del cuerpo.

Una mujer con máscara y guantes en el supermercado

Los expertos advierten que todavía estamos lejos de que el covid pueda ser considerado una infección leve.

En consecuencia, la presencia de una cantidad significativa de anticuerpos puede eliminar el virus de manera rápida, y en el mejor de los casos, cualquier infección resultante sería breve y leve. Sin embargo, debido a la disminución de los niveles de anticuerpos, recibir una dosis más alta del virus puede ocasionar un episodio más severo de la enfermedad, explicó Riley.

La reducción en los niveles de anticuerpos se atribuye al tiempo transcurrido desde que la mayoría de la población fue vacunada, con algunos individuos jóvenes y saludables recibiendo solo dos dosis y un refuerzo, y otros adquiriendo inmunidad mediante la infección.

Según el profesor Peter Openshaw del Imperial College de Londres, el despliegue masivo y rápido de las vacunas marcó una gran diferencia anteriormente, incluso permitiendo que adultos jóvenes se vacunaran, lo que tuvo un impacto significativo.

Este año, en países como el Reino Unido, la vacunación se ofrece a menos personas en comparación con el invierno pasado. Anteriormente, todos los mayores de 50 años tenían acceso a la vacuna, pero ahora la opción está limitada a mayores de 65 años, a menos que pertenezcan a un grupo de riesgo.

Una mujer en cama

Los científicos pronostican que este invierno en el hemisferio norte muchas personas pasarán varias semanas convaleciento de covid.

Aunque no se considera un “catastrofista”, Openshaw anticipa que muchas personas experimentarán una enfermedad desagradable que las afectará durante días o semanas.

Se ha observado que personas jóvenes y en buena forma física sufren ataques desagradables de COVID-19, lo que demuestra la complejidad del virus. Openshaw señala que existe la posibilidad de que aquellos que no contrajeron COVID-19 el año pasado lo padezcan en el futuro.

La decisión del gobierno del Reino Unido de vacunar a quienes corren mayor riesgo de morir por COVID-19 o necesitan tratamiento hospitalario se tomó para aliviar la presión sobre el Servicio Nacional de Salud (NHS). Sin embargo, Riley destaca que esto no significa que las personas menores de 65 años no contraigan COVID-19 y se sientan gravemente afectadas.

La falta de ofrecer vacunas de refuerzo a un espectro más amplio de la población puede resultar en más personas ausentes del trabajo durante una, dos o tres semanas durante el invierno, según Riley. Además, tanto las decisiones sobre quién debe vacunarse como el propio virus están experimentando cambios.

“Poca inmunidad”

Los anticuerpos son altamente específicos, ya que requieren una coincidencia estrecha con la parte específica del virus a la que se adhieren. A medida que un virus evoluciona y cambia su apariencia, la efectividad de los anticuerpos disminuye.

Una persona mayor hospitalizada

El covid sigue representando un riesgo para la vida de muchas personas, en particular los mayores y enfermos.

Según Openshaw, los virus que circulan actualmente, como el Omicron, son inmunológicamente distintos del virus original utilizado para fabricar las primeras vacunas o de la última infección en la población. Muchas personas tienen una inmunidad limitada contra el virus Omicron y sus variantes.

Si una persona experimenta síntomas más severos de COVID-19 o nota una duración más prolongada de la enfermedad, la explicación podría radicar en la combinación de anticuerpos disminuidos y la continua evolución del virus. No obstante, esto no implica necesariamente un mayor riesgo de enfermedad grave o necesidad de tratamiento hospitalario.

El sistema inmunológico cuenta con otra línea de defensa: las células T. Estas células, activadas después de una infección y entrenadas por infecciones y vacunas anteriores, son menos propensas a ser engañadas por las mutaciones del virus. Aunque las células T evitan enfermedades graves y hospitalización, el proceso de eliminación del virus puede causar síntomas como dolor muscular, fiebre y escalofríos.

 

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