Los sismos son frecuentes en México debido a su ubicación en una zona de “alta sismicidad”, donde interactúan cinco placas tectónicas: Norteamérica, Cocos, Pacífico, Rivera y Caribe, según información del Servicio Sismológico Nacional (SSN). El país experimenta una actividad sísmica significativa, con 15,400 sismos registrados por el SSN el año pasado, según señaló Xyoli Pérez Campos, directora del Servicio Sismológico Nacional de México, en una conferencia de prensa en 2017.
Cada placa tectónica se desplaza de manera irregular por la Tierra, explicó Víctor Espíndola, jefe de analistas del SSN, a CNN en Español. Cuando dos placas se encuentran, liberan una gran cantidad de esfuerzo que deforma la corteza terrestre, un fenómeno que solo puede observarse con instrumentos de medición adecuados. “Cuando ese material ya no puede acumular tanta energía, se rompe”, indicó Espíndola, comparándolo con la rotura de una regla de plástico al doblarse.
En el terremoto mortal de septiembre de 2017, que resultó en cientos de víctimas, la placa de Cocos pasó por debajo de la placa de Norteamérica. La ruptura del material de la placa generó el movimiento sísmico, explicó Pérez Campos en la conferencia de prensa.
Un mayor movimiento en el sur
La corteza terrestre está dividida en fragmentos, y cada placa exhibe un movimiento propio, según indica Espíndola. En la región norte de México, estas placas se desplazan aproximadamente a una velocidad de 3 centímetros por año, mientras que en el sur, la velocidad puede llegar a los 7 centímetros anuales, explicó el experto.
“El movimiento relativo entre estas placas, en la zona del golfo de Tehuantepec (al sur del país), es más pronunciado, razón por la cual Chiapas y Oaxaca, estados ubicados en esa área, son propensos a experimentar una mayor actividad sísmica”, señaló Espíndola.
La directora del SSN advirtió sobre la posibilidad de réplicas con magnitudes de hasta 7 puntos. “Sin embargo, no podemos predecir ni cuándo o con qué magnitud ocurrirán”, mencionó Pérez Campos. “La recomendación para la población es permanecer alerta”.
Aumento en el registro de sismos
Entre el 1 de enero de 1990 y el 8 de septiembre de 2017, México experimentó más de 86,000 sismos de diversas magnitudes. Cada día, se registran alrededor de 15 sismos de menos de 2 grados, según las estadísticas del Servicio Sismológico Nacional.
En las últimas dos décadas, ha habido un incremento gradual en la cantidad de sismos en el territorio mexicano. Aunque se pasó de 796 sismos registrados en 1990, la mayoría con magnitudes entre 4 y 4.9, a 15,281 sismos en 2016, predominantemente con magnitudes entre 3 y 3.9, Espíndola destaca que no hay motivo de alarma, ya que esto se debe a mejoras en los sistemas de medición.
“En el pasado, había muy pocos instrumentos y la sensibilidad de los mismos ha mejorado”, explica. “No significa que la sismicidad esté aumentando con los años, simplemente hay una mayor instrumentación”.
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