Fecha de hoy21 noviembre, 2024

La sorprendente decisión de Nueva Zelanda de revocar su revolucionario veto total a la venta de cigarrillos

No ha transcurrido ni un año desde que Nueva Zelanda promulgó una ley innovadora a nivel mundial en la lucha contra el tabaco, y dicha legislación ya parece tener un destino incierto. Todo esto debido a la propuesta del nuevo gobierno de coalición del país, el cual pretende levantar la prohibición de fumar como medio para financiar las reducciones fiscales prometidas durante la campaña electoral.

La ley, aprobada en diciembre del año pasado, obtuvo reconocimiento internacional por la audacia y carácter revolucionario de su enfoque. En lugar de imponer una prohibición inmediata del tabaco, se trataba de un plan orientado hacia un futuro en el que las personas no fumen. No obstante, el gobierno recién formado, encabezado por el primer ministro Chris Luxon, ha señalado el impacto negativo que la nueva legislación ha tenido en las finanzas públicas como justificación para sus planes de cambio.

Jacinda Ardern en el parlamento de Nueva Zelanda.

El gobierno de Jacinda Ardern impulsó los planes de una política anti tabaco que recibió elogios internacionalmente.

Paso retrógrado

La normativa introducida durante el mandato de Jacinda Ardern tenía como meta prohibir la venta de cigarrillos a cualquier individuo nacido después de 2008 a partir del próximo año. La justificación se centraba en los riesgos para la salud asociados al consumo de tabaco, principal factor de muertes prevenibles en Nueva Zelanda.

El propósito de esta medida era evitar que las generaciones más jóvenes iniciaran el hábito de fumar, incrementando gradualmente la edad mínima para adquirir cigarrillos. Estas leyes también tenían la intención de retirar los productos de tabaco de aproximadamente el 90% de los minoristas neozelandeses que actualmente los comercializan, al mismo tiempo que reducirían el nivel de nicotina en los cigarrillos.

De acuerdo con los modelos de salud pública del país, las leyes antitabaco podrían potencialmente salvar hasta 5.000 vidas al año. La reacción ante esta decisión fue de consternación y desagrado, siendo calificada como un paso significativamente retroceso en las excelentes medidas de salud pública que eran pioneras a nivel mundial, según afirmó el profesor Richard Edwards, investigador especializado en políticas de control del tabaco y experto en salud pública de la Universidad de Otago.

La mayoría de los grupos sanitarios en Nueva Zelanda expresaron su consternación por las acciones del gobierno, instándolo a revertir su posición. Se cree que las leyes neozelandesas han servido de inspiración para otros gobiernos, como el británico, que están considerando la implementación de prohibiciones similares dirigidas a los jóvenes.

Necesidades y política

Nuevo gobierno de coalición de Nueva Zelanda.

El nuevo gobierno de coalición está formado por el partido National del primer ministro Chris Luxon (centro) y sus socios Winston Peters (izquierda), líder del partido New Zealand First, y David Seymour (derecha), líder del partido Act.

Aunque la política de salud recibió elogios de expertos médicos, también generó oposición por parte de grupos empresariales, incluidos los dueños de quioscos y tiendas minoristas, quienes criticaron la pérdida de ingresos, incluso con subvenciones públicas. Algunos legisladores, incluido el primer ministro Chris Luxon, argumentaron que la prohibición podría dar lugar a un mercado negro del tabaco.

Curiosamente, el partido de Luxon, el National de centro-derecha, que obtuvo el 38% de los votos en las elecciones del 14 de octubre, no hizo referencia a las leyes antitabaco durante la campaña. Por lo tanto, el anuncio sorpresivo de la nueva ministra de Economía, Nicola Willis, el sábado, acerca de la derogación de las leyes, causó conmoción en gran parte del país, especialmente entre los expertos en salud, quienes asumían que sus medidas estarían protegidas en un gobierno liderado por dicho partido.

La explicación de este cambio radica en las alianzas que el partido tuvo que forjar con dos partidos minoritarios para formar gobierno, a pesar de su victoria electoral. El acuerdo se concretó el viernes, seis semanas después de las elecciones, lo que permitió que el nuevo gobierno asumiera funciones este lunes.

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