Fecha de hoy6 octubre, 2024

¿Qué pueden hacer la ONU y su Consejo de Seguridad ante la guerra entre Israel y Hamás?

En la última semana, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sometió a votación dos resoluciones relacionadas con el conflicto entre Israel y Hamás, ambas de las cuales fueron rechazadas.

El miércoles, Estados Unidos, en su capacidad de miembro permanente del Consejo, ejerció su derecho a veto para bloquear una propuesta presentada por Brasil. Esta propuesta buscaba establecer “pausas humanitarias” y condenar los ataques a civiles por parte de todas las partes involucradas en el conflicto.

Dos días antes, otra resolución presentada por Rusia que buscaba condenar la violencia y el terrorismo contra civiles tampoco logró ser aprobada. El Consejo de Seguridad de la ONU tiene la responsabilidad de mantener la paz, pero en el caso de Israel y Gaza, enfrenta desafíos significativos para lograrlo. Analizaremos por qué estas resoluciones no fueron aprobadas y hasta qué punto la ONU puede influir en un conflicto armado, como el que se desarrolla en la región más volátil de Medio Oriente.

¿Qué ocurrió con las resoluciones?

El Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York.

La resolución que buscaba instaurar pausas humanitarias en el conflicto, el cual ya ha cobrado la vida de casi 4.000 personas en Gaza y más de 1.400 en Israel, recibió el apoyo de 10 votos a favor, 2 abstenciones (del Reino Unido y Rusia) y un voto en contra, emitido por Estados Unidos.

Como uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, junto a Reino Unido, Francia, China y Rusia, Estados Unidos posee el derecho al veto, y su voto único bastó para bloquear la resolución. La embajadora de EE. UU. ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, argumentó que la iniciativa no reconocía el derecho de Israel a la autodefensa, señalando que este derecho está respaldado por el Artículo 51 de la Carta de la ONU, y que debería haber sido reafirmado, tal como se hizo en resoluciones anteriores relacionadas con ataques terroristas.

A pesar de su oposición a la resolución, Estados Unidos se comprometió a continuar trabajando con el Consejo para proteger a los civiles en medio del conflicto. No obstante, recibió críticas de otros miembros permanentes y no permanentes de la ONU.

China expresó su profunda decepción por la obstrucción de Estados Unidos, mientras que Brasil, quien había redactado la resolución, lamentó la falta de acción inmediata del Consejo, argumentando que cientos de miles de civiles en Gaza no pueden esperar más. Ecuador, otro miembro no permanente, instó a no quedarse en silencio frente a la situación en la franja.

Rusia optó por la abstención en la votación después de que se rechazaron dos enmiendas que presentó al texto, las cuales llamaban a un alto el fuego inmediato, duradero y total, así como a detener los ataques contra civiles. Según Rusia, el borrador presentado no contenía un llamado claro a un alto el fuego y no contribuiría a detener la violencia, según lo expresado por su embajador ante la ONU, Vassily Nebenzia.

Anteriormente, Rusia ya había presentado una primera resolución en el Consejo que condenaba la violencia y el terrorismo contra civiles, pero esta fue rechazada el lunes, con 4 votos a favor, 4 en contra y 6 abstenciones. Los votos en contra argumentaron que la resolución no mencionaba explícitamente a Hamás, el autor del ataque que desencadenó el conflicto el 7 de octubre pasado.

 

¿Por qué la ONU no hace más?

Los muertos en Gaza superaron los 3.500 desde el inicio del conflicto, según autoridades palestinas.

Pero, ¿por qué la capacidad de intervención de las Naciones Unidas es limitada en situaciones de conflicto como esta?

“La ONU en sí misma carece de poder, es un instrumento que los países poderosos pueden optar por utilizar”, explica Jones.

La ONU opera con dos órganos principales: la Asamblea General y el Consejo de Seguridad.

En la Asamblea General, todos los Estados miembros tienen la oportunidad de debatir y tomar decisiones, pero estas decisiones no son legalmente vinculantes y solo poseen influencia moral y, en ciertos aspectos, política.

Por otro lado, el Consejo de Seguridad es el órgano decisor, cuyas resoluciones se supone que son de cumplimiento obligatorio para todos los países.

No obstante, en medio de conflictos como los que involucran a Rusia y Ucrania o a Israel y Hamás, resulta complicado lograr la aprobación de una resolución, en gran parte debido a la regla que concede el derecho al veto a uno de los cinco miembros permanentes del Consejo.

“Desde una perspectiva histórica, influenciada por la herencia de la Guerra Fría, las cinco potencias han normalizado el uso y abuso del poder de veto para proteger sus intereses y los de sus aliados”, destaca Eduard Soler, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Autónoma de Barcelona, en una conversación con BBC Mundo.

Soler agrega que “en el contexto de los conflictos en Oriente Medio, Estados Unidos ha sido el país que ha ejercido más frecuentemente el derecho de veto, aunque China y Rusia también lo han utilizado en numerosas ocasiones, como en el caso de Siria para respaldar al régimen de Bachar Al-Assad después de las primaveras árabes”.

Jones, por su parte, resume esta dinámica de la siguiente manera: “Estados Unidos y los europeos pueden optar por trabajar a través de la ONU para resolver el conflicto, mientras que los rusos y los chinos pueden bloquear, o viceversa”.

En un escenario en el que todos decidan cooperar, señala, se abriría la posibilidad de que otros países se involucraran en diversos esfuerzos, como desplegar fuerzas de paz o actuar como mediadores.

No obstante, esto ocurre rara vez debido a los intereses divergentes de las cinco potencias y sus aliados.

De hecho, añade, incluso si el Consejo de Seguridad aprobara una resolución enérgica que ordenara el cese inmediato del conflicto, llevarla a la práctica sería un desafío considerable.

“Supongamos que el Consejo adopta una resolución que exige que el conflicto termine mañana. Si los líderes de Israel y Hamás aceptan detener la guerra, entonces se detendrá. Pero si no lo hacen, alguien tendría que enviar tropas militares para detenerlos, y la pregunta sería, ¿quién estaría dispuesto a enfrentar a 360,000 soldados israelíes? Esto resulta prácticamente inviable”, enfatiza el académico.

 

Lo que sí hace la ONU

Campamento instalado por la UNRWA en Khan Yunis, en el sur de Gaza, para acoger a refugiados de la guerra.

Ambos expertos resaltan que, aunque las resoluciones de la ONU tienen un alcance limitado en cuanto a detener el conflicto o mejorar la situación humanitaria, la organización proporciona una valiosa asistencia a través de sus diversas agencias.

Soler afirma: “No debemos ceñirnos únicamente al Consejo de Seguridad; es importante considerar el trabajo realizado por otras agencias, como las encargadas de refugiados y de la infancia, que desempeñan un papel significativo”.

Un ejemplo de esto es la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA por sus siglas en inglés), que opera directamente en Gaza y lamentablemente perdió a 13 de sus empleados en ataques israelíes durante la última semana. UNRWA desempeña un papel crucial al brindar servicios esenciales, incluyendo educación, atención médica, servicios sociales y asistencia alimentaria a los refugiados palestinos.

Por otro lado, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en colaboración con otras organizaciones, está trabajando en los preparativos para afrontar la crisis de desplazados que podría derivarse de este nuevo conflicto.

El profesor Jones subraya: “A pesar de la existencia de otras organizaciones, como la Cruz Roja, Naciones Unidas es la base del sistema y tiene la responsabilidad de responder”

 

 

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