Ovidio Guzmán, uno de los hijos del famoso narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, fue extraditado a Estados Unidos el 18 de septiembre y desde entonces se encuentra bajo arresto en una prisión de Chicago.
La cárcel en cuestión, conocida como el Centro Correccional Metropolitano y apodada el “Triángulo de Hierro”, es un imponente rascacielos de 28 pisos ubicado en el centro de la ciudad estadounidense. Este edificio triangular de hormigón fue diseñado por el arquitecto Harry Weese y se inauguró en 1975.
Lo que distingue a este edificio carcelario son sus ventanas, que son pequeñas rendijas verticales de 13 pulgadas de ancho por 2,30 metros de alto, diseñadas de manera irregular para evitar posibles fugas. A diferencia de las cárceles convencionales, estas ventanas no cuentan con rejas.
El costo original de construcción de este centro fue de US$10,2 millones en su momento, lo que equivale a casi US$60 millones en la actualidad, según el periódico local Chicago Tribune. Fue concebido como parte de un programa gubernamental para construir nuevas prisiones entre 1968 y 1978, y se destinó a albergar a personas que esperan juicio o que cumplen condenas breves.
Cuando se inauguró, se describió como “lujoso”. No tenía rejas en sus celdas, las puertas se abrían y cerraban libremente, los pisos estaban alfombrados, la comida era de alta calidad y las instalaciones recreativas eran excelentes. Los presos tenían acceso al patio en la azotea, donde podían practicar deportes y hacer ejercicio. También se les permitía visitar la biblioteca, la videoteca y la capilla varias veces por semana.
A pesar de estas comodidades, algunas medidas de seguridad se añadieron después de episodios de fuga. En diciembre de 2012, por ejemplo, dos presos escaparon desde el piso 17 haciendo un boquete en la pared y utilizando una cuerda tejida con sábanas y hilo dental.
Ovidio Guzmán López, de 33 años, uno de los 486 reclusos actuales en esta prisión, enfrenta cargos por narcotráfico y conspiración para distribuir drogas para su importación a Estados Unidos. Tras la condena de su padre, “El Chapo”, a cadena perpetua en 2019, Ovidio Guzmán se convirtió en uno de los líderes del cartel de Sinaloa. En su primera comparecencia ante un tribunal en Chicago el 5 de septiembre, Guzmán se declaró inocente de los cargos de narcotráfico que enfrenta.
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