En Andalucía, España, se detectó el primer caso de covid-19 y el virus del Occidente del Nilo, el cual es transmitido a través de un vector, en este caso el vector viral son los mosquitos, los cuales también pueden provocar dengue y fiebre amarilla o algunos casos hepatitis, lo que podría presentar un factor de riesgo para esta enfermedad.
El paciente fue un hombre joven y aun no se sabe si primero se infectó por covid-19 y luego le picó el mosquito, lo que llama la atención de expertos en la época del año en la que adquirió la enfermedad, pero qué es el virus del Occidente Negro, qué tan grave es y ¿podría tener alguna incidencia en México?
El virus del Nilo Occidental es un miembro de la familia Flaviviridae (género Flavivirus), a la que también pertenecen otros virus transferidos por mosquitos, como el dengue y la fiebre amarilla, o algunas hepatitis, detalló el académico.
El del Nilo mide entre 40 y 50 nanómetros, por lo general provoca síntomas leves como fiebre, dolor de cabeza, náuseas, vómito y erupciones cutáneas, pero uno de cada 100 casos se torna grave y potencialmente mortal; entonces, puede afectar el sistema nervioso central (SNC) y generar meningitis o encefalitis virales.
“Las manifestaciones serán propias de la magnitud del daño en el SNC, puede haber desde cefalea intensa y vómito, hasta trastornos de la conducta, o pérdida de la fuerza en alguna región del cuerpo, problemas respiratorios, coma, parálisis y hasta la muerte”, dijo Raúl Romero Cabello, integrante del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM.
Los primeros casos se diagnosticaron en 1937, en el distrito West Nile, Uganda; de ahí se diseminó en forma importante por África, Medio Oriente y Asia. A fines del siglo pasado, en 1999, se identificaron y documentaron en Estados Unidos. En México, uno de los estados donde mejor se ha estudiado y detectado es Yucatán.
Se estima que existen unas 60 especies diferentes de mosquitos que transmiten el VON, entre ellas las más representativas son Culex, Aedes y Anopheles que, además, podrían transmitir otros microorganismos. Por ejemplo, Aedes es responsable del virus del dengue, y Anopheles del protozoario plasmodium, que ocasiona el paludismo.
Sin embargo, acotó, el problema radica en la dificultad de identificación, pues de acuerdo con la severidad del caso, la sintomatología podría ser semejante a la que se manifiesta en el dengue.
Si se pretende hacer el diagnóstico de un caso en el que se sospecha la presencia del virus del Nilo, se deben cazar los mosquitos en el área donde se registra el padecimiento, y analizar los fluidos, en los que puede demostrarse la presencia de aquél. Otra forma, es a partir del suero de la sangre de los infectados.
Otra opción sería aislar el microorganismo, sea de los fluidos de los mosquitos o del tejido de los huéspedes mamíferos –humano, aves o caballos–, y colocarlo en cultivos para inducir su crecimiento y estar en posibilidad de identificarlo, concluyó.
Fuente: Milenio
Deja un comentario