El cambio de horario de verano 2021 comenzó en México la madrugada del 4 de abril en medio de la compleja situación que se vive por la pandemia de covid-19. Adaptarse a esta variación en el reloj puede ser complicada para la mayoría de las personas, en especial debido al aislamiento social por la crisis sanitaria, lo cual ha provocado un aumento en las alteraciones del sueño y, por ende, ansiedad o estrés.
Si bien, el cambio de horario tiene como objetivo aprovechar la luz natural del día y evitar el uso de energía eléctrica, éste también repercute en tu salud.
Los principales efectos en la salud están relacionados con el sistema nervioso. El reloj biológico debe adaptarse a los nuevos cambios en la rutina, esto a su vez genera irritabilidad, somnolencia, dificultad para concentrarse, problemas para conciliar el sueño y menor productividad, así lo señala Jessica Carrillo Guerrero, maestra en Psicología Clínica.
“La gente anda más somnolienta, y por ende, al no dormir bien, los cambios de humor pueden ser más irritables. Ya posteriormente se empieza a regular y a adaptar la persona, pero de inicio están somnolientos, irritados y no hay un buen rendimiento”, apunta la experta.
Con el horario de verano amanece más temprano y la fase de sueño sufre alteraciones, lo cual a su vez impacta de manera negativa en el estado de ánimo; sin embargo, la especialista señala que las consecuencias no son graves.
Por otro lado, la Academia estadunidense de Medicina del Sueño recalca en su estudio Daylight saving time: an American Academy of Sleep Medicine position statement, publicado en octubre de 2020, que el cambio de horario puede aumentar el riesgo de infarto y los accidentes cerebrovasculares, esto debido a la pérdida del sueño y la desalineación circadiana (procesos que regulan los cambios físicos y mentales que se producen durante el día).
Fuente: Milenio
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