Esta fruta exótica de la familia Annonaceae también recibe los nombres de catuche, catoche, latuche, graviola, anona de la India, anona de México, zapote agrio, zapote de viejas, entre otros.
De aspecto ovalado y acorazonado, la guanábana (Annona muricata L.) es de tamaño grande y posee en su interior una pulpa de color blanco y sabor agridulce, la cual contiene semillas negras. Su exterior está cubierto por una piel verde con espinas suaves.
Con la pulpa de la guanábana se preparan jugos, licuados, aguas frescas, helados, dulces, mermeladas, yogures, ensaladas y cocteles. También es una gran opción para prevenir padecimientos como el cáncer, hipertensión arterial, estreñimiento, fatiga, diabetes, resfriados, enfermedades del corazón, dolores musculares, entre otros.
La guanábana crece en zonas tropicales, subtropicales y húmedas. No es exigente respecto al suelo que requiere para desarrollarse. Cabe destacar que el área de distribución natural de este fruto abarca la región tropical del sur de México, Centroamérica, el norte de América del Sur y las islas del Caribe.
Popularmente, a la guanábana, se le llama “delicioso milagro tropical” gracias a su sabor único y sus propiedades nutricionales favorables para la salud. Se pueden aprovechar el fruto, las hojas, las flores, el tallo, la corteza y las raíces; por ejemplo, las hojas son utilizadas con fines medicinales, en enfermos de paperas, personas que padecen de insomnio y nerviosismo o bien las hojas son preparadas en té para alivio de refriados.
Fuente: Excélsior
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