Fecha de hoy24 noviembre, 2024

Desarrollan repelente a partir de gen humano

En la lucha continua contra la picadura de estos insectos, el Gobierno de Estados Unidos ha puesto en marcha una ambiciosa iniciativa que destina 15 millones de dólares a la investigación del microbioma de la piel humana y su uso para la fabricación de un repelente natural eficaz y de larga duración.

Un engaño químico

El repelente respondería a un engaño químico: la supresión de ciertos olores que secreta de forma natural el microbioma de la piel humana, compuesta por microorganismos, y así impedir que los mosquitos “huelan” a sus víctimas, se posen y las piquen.

Hacernos indetectables para los mosquitos bajo una capa de invisibilidad como la prenda mágica de Harry Potter. Ese es el propósito del denominado ReVector, el programa financiado por la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de Estados Unidos (DARPA).

La DARPA, dependiente del Departamento de Defensa de EU, ha confiado esta tarea a las compañías de biotecnología y microbilogía Gingko Bioworks y Azitra, la consultora Latham BioPharma Group (LBG) y la Universidad Internacional de Florida (FIU).

El cometido de los investigadores no es otro que “aprovechar el microbioma de la piel, sus diversos microbios, para crear un Producto Bioterapéutico Vivo (LBP)” que “bloquee las señales químicas humanas que atraen a los mosquitos al tiempo que los repele”, señaló un comunicado conjunto divulgado este jueves.

Microbioma de la piel

“El nuevo repelente usa un microbio específico del microbioma para reducir esos olores humanos que son atractivos a los mosquitos y trabaja, a la vez, con químicos de origen botánico que repelen” a estos insectos, precisó Matthew DeGennaro, del Instituto de Ciencias Biomoleculares de la FIU.

De momento, el equipo de científicos de la FIU se encuentra en la fase experimental que DeGennaro etiquetó como “enmascarar y repeler”, en referencia al desarrollo de pruebas con un “microbio natural y específico de la piel”.

El experto biomolecular de la FIU confía en que esta suerte de “enmascaramiento” bioquímico de los humanos frente a los mosquitos esté listo para su uso en ensayos clínicos antes de cuatro años.

Mientras, su laboratorio tiene por delante un extenso trabajo de campo: los test continuos para lograr que el “microbio específico de la piel enmascare y bloquee” la atracción de los mosquitos hacia los humanos y, a la vez, “mejore nuestra comprensión” de cómo estos insectos detectan a sus víctimas.

Fuente: Milenio

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