Un grupo de científicos de Israel señalaron que lograron revertir el proceso de envejecimiento a nivel celular en adultos mayores, a través de tratamientos de oxígeno a alta presión dentro de cámaras presurizadas.
Los ensayos clínicos, donde los investigadores dicen tener estos hallazgos, fueron publicados en la revista Aging. Se describe un protocolo único con el uso de TOHB que revierte dos procesos que influyen en el envejecimiento celular: el acortamiento de los telómeros (secuencias repetitivas de ADN) y la acumulación de células senescentes (dañadas por estrés o a punto de morir).
EL ESTUDIO MOSTRÓ RESULTADOS SORPRENDENTES
Para llegar a estos resultados, los científicos sometieron a 35 personas sanas mayores de 64 años a una serie de 60 sesiones hiperbáricas durante un período de 90 días. Además, les hicieron 4 test de sangre a lo largo del ensayo: antes, durante, al final y después del tratamiento, que fueron analizadas y comparadas.
Los resultados que reportaron los investigadores son sorprendentes: los telómeros se habían alargado hasta un 38 % y el porcentaje de células senescentes en la población celular total se redujo significativamente, entre un 11 % y un 37 %, según el tipo de célula.
“Solo tres meses de TOHB pudieron alargar los telómeros a tasas mucho más altas que cualquier intervención actualmente disponible o modificaciones en el estilo de vida, lo que abre la puerta a nuevas investigaciones sobre el impacto celular del TOHB y su potencial para revertir el proceso de envejecimiento”, destaca el doctor Amir Hadanny, uno de los autores del estudio.
El acortamiento de los telómeros se considera el Santo Grial de la biología del envejecimiento. Investigadores de todo el mundo están tratando de desarrollar intervenciones farmacológicas y ambientales que permitan el alargamiento de los telómeros. Nuestro protocolo de TOHB fue capaz de lograrlo, lo que demuestra que el proceso de envejecimiento puede revertirse a nivel celular-molecular básico”, concluyó en el comunicado el profesor Shai Efrati de la Universidad de Tel Aviv, autor principal del estudio.
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