La radiación espacial es uno de los riesgos a los que se enfrentan los astronautas en los viajes espaciales y un problema a tener en cuenta ahora que países como Estados Unidos planean enviar, para 2024, personas a la Luna. Por ende, en los últimos meses se han llevado a cabo numerosas investigaciones para intentar conocer mejor el espacio y los retos a los que se enfrenta la comunidad científica.
Ante este panorama, un equipo de científicos identificaron que los niveles de radiación en la Luna son 200 veces más altos que en la superficie de la Tierra y 2.6 veces más altos que a bordo de la Estación Espacial Internacional, según las mediciones hechas por el módulo lunar chino Chang’e 4 en la cara oculta de nuestro satélite.
Las mediciones se realizaron con un instrumento, llamado LND, desarrollado en la Universidad de Kiel (Alemania), que permiten el cálculo de la llamada dosis equivalente y es importante para estimar los efectos biológicos de la radiación.
Estas medidas mostraron una tasa de dosis equivalente de unos 60 microsieverts por hora. En comparación, en un vuelo de larga distancia de Fráncfort a Nueva York, esta radiación es unas 5 a 10 veces menor, y en tierra más de 200 veces menor, señala un comunicado de la universidad.
¿Es peligroso para los astronautas?
Dado que los astronautas estarían en la Luna mucho más tiempo que los pasajeros que van y vienen de Nueva York, esto representa “una exposición considerable para los humanos”, consideró Robert Wimmer-Schweingruber de la Universidad de Kiel.
“La exposición a la radiación que hemos medido es un buen punto de referencia para la radiación dentro de un traje de astronauta”, según Thomas Berger del Centro Aeroespacial Alemán en Colonia, otro de los firmantes del estudio.
Los humanos “no estamos realmente hechos para soportar la radiación espacial. Sin embargo, los astronautas pueden y deben protegerse en la medida de lo posible durante estancias largas en la Luna, por ejemplo, cubriendo su hábitat con una gruesa capa de suelo lunar”, explicó el segundo autor Wimmer-Schweingruber.
Las mediciones fueron tomadas a bordo del módulo lunar chino Chang’e-4, que aterrizó en el lado oculto de la Luna el pasado tres de enero.
Los datos obtenidos también tienen cierta relevancia con respecto a futuras misiones interplanetarias. Dado que la Luna no tiene ni un campo magnético protector ni una atmósfera, el campo de radiación en su superficie es similar al del espacio interplanetario.
Fuente: Milenio
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