Para los peces que habitan en la oscuridad de las profundidades del mar, ser ultra negro ofrece un gran camuflaje en un mundo de peces que se comen unos a otros.
Ahora, los científicos que estudian algunas de estas criaturas exóticas han descifrado el secreto detrás de su color extremo.
Estos peces, como el diente de colmillo, el dragón negro del Pacífico, el rape y el tragador negro, han modificado su forma, tamaño y el pigmento de su piel hasta el punto de que reflejan menos del 0,5% de la luz que los golpea, dijeron el jueves los investigadores.
Estudiaron 16 especies que se ajustan a esta definición de ultra negro y que abarca seis órdenes diferentes de peces, grandes grupos que tienen una historia evolutiva compartida, lo que indica que esta modificación evolucionó independientemente en todos ellos.
“En el océano profundo y abierto no hay ningún lugar para esconderse y hay muchos depredadores hambrientos”, dijo la zoóloga Karen Osborn, del Museo Nacional de Historia Natural Smithsonian en Washington, coautora de la investigación publicada en la revista Current Biology. “La única opción de un animal es mezclarse con el fondo”.
A más de 200 metros de la superficie llega muy poca luz solar, y algunos de estos peces residen a 5.000 metros de profundidad.
A tales profundidades, la bioluminiscencia (emisión de luz por organismos vivos) es la única fuente de luz. Algunos de los peces ultra negros tienen señuelos bioluminiscentes en sus cuerpos para que sus presas se acerquen lo suficientemente como para poder comerlos.
La piel de estos peces se encuentra entre el material más negro conocido, ya que absorbe la luz de manera tan eficiente que incluso con luz brillante parecen siluetas, como descubrió Osborn al intentar fotografiarlos después de que fueron llevados a la superficie.
Tienen mucha melanina, que se distribuye de manera inusual. Al empaquetar melanosomas de tamaño y forma perfectos (estructuras llenas de pigmento dentro de las células de la piel) en capas apretadas y continuas en la superficie de la piel, los peces se aseguran de que esencialmente toda la luz que llegue a ellos quede atrapada en esta capa y no se escape.
“Este mecanismo de generar material ultra negro delgado y flexible podría usarse para crear materiales ultra negros para óptica de alta tecnología o para material de camuflaje para operaciones nocturnas”, sostuvo Osborn.
Fuente: Excélsior
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