Charles Spencer Chaplin nació el 16 de abril de 1889 en el East End, un humilde barrio londinense.
No tuvo una vida fácil, su padre alcohólico lo abandonó al poco de nacer y su madre terminó encerrada en un manicomio después de fracasar como artista
Pese a eso, se convirtió en uno de los mayores íconos del siglo XX. Sus técnicas de mímica y pantomima lo llevaron a ser reconocido mundialmente y considerado como un símbolo de humorismo en el cine mudo.
A lo largo de su vida, Chaplin recibió múltiples reconocimientos y nominaciones, recibió el premio Óscar Honorífico, fue candidato al premio Nobel de la Paz, nombrado caballero de la Orden del Imperio Británico e inclusive se colocó una estrella con su nombre en el Paseo de la Fama de Hollywood en 1970.
En 1977 falleció.
Increíblemente su historia no termina ahí, siguió dando de qué hablar al morir.
A unos meses de su muerte, en 1978, dos delincuentes robaron su cuerpo y pidieron un rescate de 600 mil dólares.
La madrugada del 1 de marzo dos hombres entraron al pequeño cementerio de la localidad suiza Corsier-sur-Vevey y hurtaron el ataúd con sus restos.
Horas después, los policías encontraron el hoyo donde se encontraba el féretro
A días del crimen, su viuda, Oona OzNeil, comenzó a recibir llamadas de extorsión, estaba claro: querían 600 mil dólares.
Aunque los malhechores pensaron que todo saldría de maravilla no se esperaban que OzNeil se negaría rotundamente:
“Charlie lo hubiera encontrado ridículo”, aseguró.
Luego de días de investigación lograron dar con los rateros Wardas y Ganev. Esta extraña historia fue como la última escena de una loca película.
Después de eso, el genio de la industria del cine por fin pudo descansar en paz.
Fuente: Excélsior
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