Honey era un delfín hembra nariz de botella que vivió, durante toda su vida en un pequeño estanque del Inubosaki Marine Park Aquarium, un acuario que fue abandonado dejándola atrás en una profunda soledad. Honey murió, abandonada en aquella piscina que se sitúa tan sólo a unos metros del mar, en la ciudad de Choshi, cerca de Tokio, en Japón.
Los delfines son animales sociales que suelen vivir en grandes grupos. Los primeros 13 años de Honey los pasó en compañía, nunca en el mar, pero sus dos últimos años de vida fueron deprimentes y solitarios, dando vueltas en aquél estanque sin ninguna posibilidad de escape, a pesar de había personas que se preocupaban por ella y exigían su liberación.
La Organización Dolphin Proyect intentó durante muchos años rescatar a la delfín, sin éxito, pues las instalaciones del acuario abandonado se vendieron a otro propietario con Honey incluída, hecho que dificultó aún más las negociaciones de la ONG, que no pudieron llegar a tiempo a un acuerdo.
“A finales de febrero, contactamos una vez más con nuestros colegas japoneses en un nuevo intento de comprar a Honey para poder retirarla en paz y con dignidad. Las conversaciones terminaron a principios de marzo, pues era ya evidente que ella no sobreviviría. Más tarde, ese mes, el 29 de marzo, Honey murió en su estanque”, explicaron los activistas.
La difícil situación de Honey atrajo la atención mundial y provocó un gran movimiento desde dentro de Japón. Aunque trágicamente, no pudo escapar del recinto artificial en el que sufrió, la organización asegura que Honey seguirá siendo la cara del cautiverio de delfines durante muchos años.
En este acuario, no sólo Honey quedó a la deriva cuando se perdió por estar en banca rota, sino que con ella quedaron varadas otras especies de animales, como 46 pingüinos y cientos de peces y reptiles que fueron alimentados por un trabajador a quien pagaban, pero, finalmente, en abandono.
Durante la lucha por su liberación, la organización compartió algunos videos de la delfín que muestra lo deteriorado de su estado físico y mental, pues a pesar de recibir alimento, prácticamente no se movía, además de que las heridas en su piel eran visibles.
La organización recordó en su comunicado que Honey no es el único animal en esta situación pues han encontrado delfines en Estados Unidos, Corea del Sur, Haití, Indonesia, Guatemala, Nicaragua, Colombia y Brasil, todos en situaciones similares a las de ella. En muchos casos, Dolphin Project logró rehabilitar y volver a liberar con éxito a estos mamíferos.
Fuente: Milenio
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