La vacuna del sarampión es mejor cuando se aplica entre los 12 y 15 meses de edad, debido a que cuando esta infección permea en los adultos puede ser grave. Al respecto, el médico José Halabe Cherem, profesor titular de medicina interna de la UNAM, señala:
“Por esta razón se recomienda que se aplique en aquellos adultos que no recibieron la vacuna en la infancia; sin antecedentes de haber padecido la enfermedad y haber nacido después de 1956. Pueden administrarse la vacuna contra sarampión sola o combinada en forma de vacuna triple (sarampión, rubéola y parotiditis), conocida con el nombre de “MMR”, en una sola administración, con lo que se produce seroconversión prolongada en 95% de los vacunados”.
Cherem aclara que los brotes de sarampión en adultos, se atribuyen a la falta de permanencia de los anticuerpos inducidos, se sabe que se debieron a la aplicación demasiado temprana de la vacuna en los niños “en la época en que los anticuerpos maternos impedían una respuesta inmunitaria”.
Sin embargo, aunque la inmunidad de la vacuna es para toda la vida, es recomendable una segunda dosis para las personas menores de 39 años.
“La capacidad de transmisión del virus es de 10 a 20 veces mayor que el de la influenza y la persona infectada puede contagiar antes de que tenga síntomas, de ahí la importancia de evitar que se disemine”.
Ante esa situación, las personas menores de 39 años que no recibieron el refuerzo, y los menores de 12 años que no cuentan con la vacuna, a acudir a que les apliquen el biológico.
Sintomatología
Los síntomas del sarampión comienzan aproximadamente entre los 7 y los 14 días después de la infección. Una persona infectada empieza con fiebre, congestión nasal, irritación de la garganta, tos seca y presenta enrojecimiento de los ojos.
Algunas características de esta enfermedad es que aparecen diminutas manchas blancas (manchas de Koplik).
Tras 3 a 5 días, se presenta una erupción con ligera comezón, adelante y abajo de las orejas y a los lados del cuello, que adopta el aspecto de superficies irregulares, planas y rojas que comienzan a hincharse. En uno o dos días se extiende hacia el tronco, los brazos y las piernas, mientras empieza a desaparecer de la cara.
En el momento más intenso del sarampión, la persona se siente muy enferma, la erupción es intensa y la fiebre puede superar los 40 grados. Al cabo de 3 a 5 días, la temperatura disminuye, por lo que el paciente comienza a sentirse mejor y cualquier mancha restante desaparece rápidamente.
El sarampión puede ser más serio en los adultos que en los niños. Algunos adultos pueden tener un riesgo más elevado que otros. Entre ellos, se encuentran: estudiantes, personas que viajan a otros países, refugiados, trabajadores de la salud, niñeras y maestras de escuelas y personal militar.
Fuente: Salud180
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