Cuando las mujeres embarazadas experimentan ansiedad, estrés o depresión elevados, estos factores estresantes prenatales pueden alterar la estructura del cerebro fetal en desarrollo e interrumpir su bioquímica, incluso si estas mujeres tienen embarazos sin complicaciones y un alto nivel socioeconómico, según reveló una investigación del Children’s National Hospital publicada en línea en la revista JAMA Network Open.
“Anteriormente descubrimos que el 65 por ciento de las mujeres embarazadas que recibieron un diagnóstico de enfermedad cardíaca congénita fetal tenían niveles elevados de estrés. Es preocupante, pero no sorprendente, que las mujeres embarazadas que se preguntan si su bebé necesitará cirugía a corazón abierto sentirían estrés”, reconoció Catherine Limperopoulos, directora del Centro para el Desarrollo del Cerebro en Children’s National y autora principal del estudio.
“En este último estudio, realizamos el mismo panel de cuestionarios y nos sorprendió encontrar una alta proporción de mujeres embarazadas sanas cuyos bebés no nacidos están bien también informan altos niveles de estrés”, destacó.
La ansiedad y la depresión son los problemas de salud mental más comunes durante el embarazo. Para obtener más información sobre las implicaciones para el desarrollo del cerebro fetal, el equipo de investigación de Children’s National reclutó a 119 voluntarias sanas de 34.4 años con embarazos de bajo riesgo en clínicas obstétricas en Washington, desde el 1 de enero de 2016 hasta el 17 de abril de 2019. Todas eran graduadas de secundaria, el 83 por ciento eran graduadas universitarias y el 84 por ciento tenía empleo profesional.
El equipo realizó 193 sesiones de resonancia magnética del cerebro fetal (IRM) entre las 24 y 40 semanas de gestación y midió el volumen del cerebro fetal total, así como los volúmenes de materia gris cortical, materia blanca, materia gris profunda, cerebelo, tronco encefálico e hipocampo.
El mismo día de su visita de resonancia magnética, las mujeres embarazadas completaron cuestionarios validados para medir el estrés, la ansiedad y la depresión materna, respondiendo preguntas como “cómo te sientes ahora”, “cómo te sientes en general”, así como el grado de sentimientos estresantes que experimentaron el mes anterior.
Como resultado, el 27 por ciento dio positivo por estrés, el 26 por ciento dio positivo por ansiedad y el 11 por ciento dio positivo por depresión. La ansiedad y el estrés maternos se asociaron con un aumento de la girificación cortical fetal, mientras la depresión materna elevada se asoció con niveles disminuidos de creatina y colina en el cerebro fetal. Las puntuaciones de estrés materno disminuyeron con el aumento de la edad gestacional, mientras que la ansiedad y la depresión no.
Fuente: Milenio
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