Fecha de hoy21 noviembre, 2024

¿Por qué engordamos cuando envejecemos?

¿Por qué muchas personas tienen que luchar por mantener su peso bajo control a medida que envejecen? Una nueva investigación del Instituto Karolinska, en Suecia, ha descubierto que el recambio de lípidos en el tejido adiposo disminuye durante el envejecimiento y facilita el aumento de peso, incluso si no comemos más o hacemos menos ejercicio que antes, según publican en la revista Nature Medicine.

Los científicos estudiaron las células grasas en 54 hombres y mujeres durante un período promedio de 13 años. En ese tiempo, todos los sujetos, independientemente de si ganaron o perdieron peso, mostraron disminuciones en el recambio de lípidos en el tejido adiposo, que es la velocidad a la que se eliminan y almacenan los lípidos o grasas en las células adiposas.

Los que no compensaron eso comiendo menos calorías aumentaron de peso en un promedio del 20 por ciento, según el estudio que se realizó en colaboración con investigadores de la Universidad de Uppsala, en Suecia, y la Universidad de Lyon, en Francia.

“Los resultados indican por primera vez que los procesos en nuestro tejido graso regulan los cambios en el peso corporal durante el envejecimiento de una manera independiente de otros factores”, explica Peter Arner, profesor del Departamento de Medicina en Huddinge en el Instituto Karolinska. “Esto podría abrir nuevas formas de tratar la obesidad.”

Estudios anteriores han demostrado que una forma de acelerar el recambio de lípidos en el tejido adiposo es hacer más ejercicio. Esta nueva investigación lo respalda e indica además que el resultado a largo plazo de la cirugía para bajar de peso mejoraría si se combina con una mayor actividad física.

“La obesidad y las enfermedades relacionadas con la obesidad se han convertido en un problema global”, dijo Kirsty Spalding, investigadora principal del Departamento de Biología Celular y Molecular del Instituto Karolinska. “Comprender la dinámica de los lípidos y lo que regula el tamaño de la masa grasa en humanos nunca ha sido más relevante”.

Fuente: Milenio

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