El chemsex o también llamado sexo químico se ha convertido en una práctica frecuente a pesar de que médicos de todo el mundo han advertido sobre los peligros de tener relaciones sexuales bajo el efecto de sustancias sintéticas.
Se trata de una práctica en la que los involucrados consumen drogas ilegales con el fin de prolongar y potenciar sus encuentros sexuales, siendo la mefedroma (mefe), metanfetamina (tina), éxtasis y cocaína las más recurrentes.
Peligros
Este tipo de práctica ha desatado alerta mundial, incluso en algunos sitios de Europa ya se considera un problema de salud pública, debido a que en muchos casos los cuidados para evitar enfermedades de transmisión sexual quedan en segundo plano.
“El deseo sexual es tan fuerte que se hacen cosas que no se harían nunca si no estuviera bajo efectos de las sustancias”, explicó Vincent Pelletier, director general de la Coalition Plus durante un Simposio Científico de Fundación Huésped, en Buenos Aires.
De acuerdo con Pelletier, además de las enfermedades de transmisión sexual, el chemsex representa un peligro debido a que la síntesis de sustancias elaboradas clandestinamente son impredecibles y pueden llegar a ser letales.
“No hay control de las pastillas que se venden, esto hace muchas veces que estén contaminadas o que el tiempo de acción sea lento y provoque que el consumidor ingiera mayor cantidad para encontrar el efecto”, explicó.
Fuente: Milenio
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