Una de las características que más describe a todas las grandes ciudades del mundo es la falta de tiempo. Vivimos en un constante ajetreo y tal parece que pasamos más tiempo en camino a otro lugar que haciendo algo productivo o de nuestro agrado. Para remediar esto, la ciudad rumana de Cluj Napoca creó una política pública destinada a incentivar la lectura y a aprovechar el tiempo mientras usamos el transporte. La premisa de esta iniciativa es bastante simple: todo aquel que lea un libro durante el trayecto no tiene que pagar su pasaje.
La persona detrás de ésta popular propuesta es el poeta y activista, Victor Marin; el artista se la planteó al alcalde de la ciudad, Emil Boc, quien se mostró fascinado con la propuesta y la puso en marcha. La sumó a otro decreto en el cada 23 de abril podrán entrar gratis al jardín botánico las personas que lleven algún texto para leer.
Es importante mencionar que la gratuidad del transporte público aplica únicamente a aquellas personas que lleven un libro impreso, excluyendo así, a todos los contenidos digitales. Esta restricción se hizo para incentivar el hábito del papel y la literatura.
Otras iniciativas
Esta no ha sido la única iniciativa impulsada por el poeta Victor Miron. El escritor también fue el precursor Bookface, un proyecto en el que se le daban descuentos en varios establecimientos a las personas que subieran a sus redes sociales una foto junto a un libro impreso. Asimismo en otra campaña, el artista regaló copias de su libro Vivir juntos a aquellas personas que le enviaran fotografías con trajes típicos rumanos.
Desde aquí esperamos que iniciativas como esta se emulen en México, un país en el que se leen tan sólo 2.7 libros al año.
Fuente: TravesiasDigital
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